Un joven de 15 años surfeaba cerca del mediodía en la playa de Wooli, 630 kilómetros al norte de Sydney, cuando un tiburón lo atacó y terminó con su vida. Esta misma semana ocurrió con un buzo de 20 años.
A fines de abril el gobierno australiano había autorizado la reapertura de varias playas para nadadores y surfistas, tras los cierres en el marco de la estrategia para contener el brote del nuevo coronavirus. Y los tiburones se hicieron presentes.
"Varios surfistas vinieron a socorrerlo antes de que el joven pudiera alcanzar tierra", dijo la policía, sobre el ataque al adolescente de 15 años. La víctima, que había sufrido importantes heridas en las piernas, murió en el lugar pese a los intentos de reanimación cardiopulmonar para mantenerlo con vida.
Jim Simmons, alcalde de Clarence Valley, dijo que varios turistas llegaron a la localidad por las vacaciones escolares, y que probablemente había muchas personas en el agua en el momento del ataque.
El sábado pasado, un buzo de 20 años que pescaba con arpón murió luego de ser atacado por un tiburón en las costas del estado de Queensland.
El ataque ocurrió a poca distancia del lugar en el que Zachary Robba, un guardabosques de Queensland, murió después de ser atacado por un tiburón blanco en abril.
En enero pasado, un buzo de 57 años murió luego de un ataque de tiburón en el estado Occidental de Australia, y un surfista de 60 años murió el mes pasado en Kingscliff, en Nueva Gales del Sur.