(Este capítulo forma parte de una novela en la que el autor trabaja)
-Me vi situado en una amplia meseta, entre un caudaloso río y la ladera de una montaña, de improviso, el aire se enrareció y desde el monte bajó una avalancha que, por el ruido que hacía y el polvo que levantaba, comprendí que se trataba de un alud que me arrasaría. Debía actuar antes de que la mezcla de barro y piedras cayera sobre mí. Salté a las aguas belicosas y luché para mantenerme a flote, nadando entre remolinos turbios que retorcían mi cuerpo. Girando a la deriva y guiado por la corriente avancé por el río como un guiñapo desarticulado…
Un impreciso tiempo después, aún eufórico, me encontré descansando en las arenas de la playa de la paz, cuyas aguas acrisoladas estaban rodeadas por un frondoso bosque verde…
Al despertar de mi sueño, percibí en el aire el dulce aroma de la concordia y, conmovido por mi experiencia y la belleza del lugar, medité: ¿Cuando se produjo este brusco cambió? y… ¿En qué momento, desde el espantoso río, alcancé este plácido remanso?
-¡Tu sueño es revelador Simón! A menudo, la vida nos pone a prueba, juega con el hombre y nos sitúa en infértiles páramos, forzándonos a buscar el tesoro de la fecundidad. ¿Merecemos vivir una vida en la que nos traslada una fuerza que no es la nuestra?
Una vida insípida, como consecuencia de la holganza o la desidia, contiene la impudicia del conformismo, contrario a la esencia de superación del hombre; al revés, la insipidez se blinda con nobleza, cuando se consigue al buscar con valentía la soñada playa de la paz, que, como el arcoíris, habita al final, más allá de lo infértil. El tesoro de la fecundidad se halla apenas a un paso de la felicidad.
Tu sueño, es una advertencia para ti y para todos quienes -desde el páramo entre la avalancha y el impetuoso río- aspiran a encontrar la playa de la paz. No dejes que los hechos decidan por ti. ¡Eso es conducta de débiles! ¡Ese es el mensaje!
La coherencia, para alcanzar el reposo proveniente de la insipidez virtuosa, te obliga a defender tus principios, de otra forma, solo conquistas un estado lesivo, propio de una insipidez pueril.
Ante el desconcierto ciudadano –continuó Marcial- grandes líderes políticos han debido tomar partido; y aunque aquello los ha forzado a dejar su reposada vida de sosiego, optaron por el riesgo que su coherencia les demandó. Con coraje, guardaron fidelidad a sus preceptos. Tú debes saber a quienes me estoy refiriendo.
- Sí –dijo el joven, supongo que habla de los ex presidentes, estoy seguro que nuestras apreciaciones son distintas, porque a mí me cuesta entender que dos ex gobernantes, alguna vez denostados por la derecha, se alineen hoy con ellos. ¡No es lo mismo una que otra alternativa! El Rechazo, es la negación del cambio que, en cambio, sí representa el Apruebo.
- A Frei –replicó el viejo, que presidió los hoy opacos fragmentos de la tienda que alguna vez orientó el rumbo del país, el conflicto desatado en su partido lo forzó a expresarse con claridad, lo que, independiente de su decisión, lo enaltece. Su obligación no es pensar como a ti o a mí nos conviene, es intentar persuadirnos con la convicción de sus argumentos, y… eso fue lo que hizo.
- Sin coincidir con él, entiendo la explicación que usted me da, pero… en el caso de Lagos, su actitud no es presentable, lo ha traicionado la edad y, comparto la calificación que de su acto hizo Arrate, el ex ministro de educación que lo emplazó públicamente en el “Mostrador”, y que puede repudiarlo porque él: sí fue un socialista allendista que luchó por un mundo más justo y humano.
-Leí la carta en que acusa a Lagos de: rubricar su trayectoria política de manera indecorosa, y si no me equivoco, agrega: tus expresiones Ricardo, dañan la opción transformadora y favorecen a la derecha. Con franqueza Simón, el tono de la carta me parece irreverente. ¿Con qué méritos el ex ministro determina que una opción es mejor que la otra? ¿No es eso acaso aquello lo que juzgará la ciudadanía? ¡Esa absurda obsesión contra la derecha de llegar a declarar que si algo la favorece, debe rechazarse! ¿No te parece un argumento miserable? –Y sin dejarlo responder, siguió, ambos tienen razón: Lagos, no hace público su voto ya que como estadista le habla a la ciudadanía, consciente de que cualquier resultado marcará el inicio de las reformas; y Frei, porque en su carta, habla a su partido en crisis. Ambos se han expuesto con lenguaje de franqueza y coraje, y los partidos políticos deben estar trabajando ya por los cambios que se avecinan, y que debieran permitirnos recuperar las certezas extraviadas. Cualquiera Constitución que trascienda el amanecer del 5 de septiembre: ¡Deberá reformarse! De otra forma, enfrentaremos una grave crisis: sin inversión en un caso o destrucción por el otro.
-Bueno- contestó Simón, el Gobierno ha anunciado que: si gana el Rechazo habría que convocar a elección de constituyentes y redacción de nuevo texto sobre una página en blanco.
- ¿Y te parece correcto aquello?
- ¡Claro que sí! Es la postura de un demócrata que acepta la decisión de la asamblea popular, porque el país ya votó por una nueva Constitución y redactada por un organismo electo para ese fin.
- La virtud del presidente Simón, más que en lo que ha hecho, ha estado en lo que no ha hecho. Su inacción ha sido meritoria, más aún si la acompaña con silencio. En esta ocasión, erra rotundamente, pues si su opción pierde, pretende iniciar un nuevo proceso, cuando para ese caso, el plebiscito de salida establece mantener la actual Constitución ¿Con qué derecho?
- Con el derecho que le da la demanda popular del 80% que exigió cambiar la Constitución vigente.
- Concuerdo en que sería imprudente no atender ese clamor, pero las reglas del juego deben determinarse con anterioridad al plebiscito. Cierto es que el 80% se mostró en desacuerdo con la Constitución actual y que se eligió un camino para cambiarla, y esa cambio se conseguirá si gana el Apruebo, pero la consulta es clara y establece que si gana el Rechazo se mantendrá la actual Constitución. Ha pasado harta agua bajo el puente y el criterio de la ciudadanía -impulsado por los yerros de los propios constituyentes- varió, y su voz en el plebiscito de salida tendrá la misma fuerza del plebiscito de entrada. La misma voz ciudadana expresando su voluntad con igual vigor ¡Y se la debe respetar! Coherente, el Presidente debe garantizar el respeto a la voluntad soberana.
La primera tarea del Presidente hoy, es unir a su pueblo, porque la unidad provee progreso, y luego, buscar una salida para la encrucijada en que caímos, y sacarnos del escenario de confrontación en que estamos. Debe proponer ya –consciente del valor de una nueva Constitución- en consenso con el más amplio espectro político y antes del 4 de septiembre, las reformas que se hará a la Constitución que resulte después del proceso, y el equipo que se designará para redactarlas.
Cito –remató el viejo, una reciente y lúcida expresión que, del mundo, preocupa a Lagos: ¿Qué pasó con los chilenos? ¿No se creían tan macanudos? Mira en lo que están ahora. El Presidente, en vez de pedirle una selfie, debe extraerle sabiduría para ofrecer una propuesta digna al país.