Ayer, el Consejo de Monumentos Nacionales anuló la declaratoria que hizo hace unos meses y dio luz verde a la demolición de los últimos vestigios de la Villa San Luis, ambicioso proyecto urbano que dio origen, entre otros, al Parque Araucano en Las Condes y que destaca como el primero en su tipo con una mirada seria sobre la integración social.
El proyecto de Villa San Luis, que fuera diseñado durante el gobierno de Eduardo Frei Montalva y entregado en el de Salvador Allende (que reforzó la variable de la integración), después del Golpe Cívico Militar fue desalojado, sus habitantes enviados a diferentes lugares de la capital (tanto dentro como fuera de ella, Curacaví o Melipilla, por ejemplo) para luego entregar sus departamentos a militares.
Ya en democracia, el Ejército fue vendiendo en diferentes lotes Villa San Luis (la Contraloría General de la República consideró ilegal la venta de terrenos fiscales por parte del Ejército).
El conflicto surgió cuando antiguos vecinos, profesionales, expertos en Patrimonio y algunas organizaciones postularon proteger los dos últimos bloques, para dejar un testimonio de una época en la que el Estado planificaba y diseñaba las ciudades, hacía ciudad y tenía una concepción de sociedad más integrada.
Después de muchas gestiones y negociaciones, lograron que el último paño fuera declarado Monumento Histórico por parte del Consejo de Monumentos Nacionales.
Ante recursos legales de la empresa constructora, Tribunales de Justicia ratificaron su condición de Monumento Histórico.
Ayer esa declaración fue anulada por el propio Consejo de Monumentos Nacionales solo unos meses después de la declaratoria que ellos mismos aprobaron, dando luz verde a la demolición.
Tras meses de análisis, el CMN aprobó en general la propuesta del propietario del predio, la Inmobiliaria Presidente Riesco, de construir a su costa un espacio de memoria en los terrenos pertenecientes a la ex Villa San Luis de Las Condes, “con lineamientos, condiciones y observaciones, que serán entregados por el CMN en su resolución”, tal como señalan en un comunicado de prensa.
“Lo anterior se decide considerando, entre otros factores, el informe técnico de revisión de ingeniería estructural de la Dirección de Arquitectura del Ministerio de Obras Públicas, que plantea la urgente necesidad de proceder a la demolición del block 14, la última edificación de lo que fuera la Villa San Luis de Las Condes”, apunta el mismo texto.
Dicho informe señala que, “esa estructura reviste un alto riesgo a la integridad de las personas que transitan por el lugar (…). No es posible requerir que se recupere o rescate alguno de los pisos inferiores, porque la demolición debe lograr echar abajo edificio para liberar todos los mecanismos en equilibrio inestable presentes”.
Después de muchas gestiones y negociaciones, lograron que el último paño fuera declarado Monumento Histórico por parte del Consejo de Monumentos Nacionales.
Ante recursos legales de la empresa constructora, Tribunales de Justicia ratificaron su condición de Monumento Histórico.
Ayer esa declaración fue anulada por el propio Consejo de Monumentos Nacionales solo unos meses después de la declaratoria que ellos mismos aprobaron, dando luz verde a la demolición.
Tras meses de análisis, el CMN aprobó en general la propuesta del propietario del predio, la Inmobiliaria Presidente Riesco, de construir a su costa un espacio de memoria en los terrenos pertenecientes a la ex Villa San Luis de Las Condes, “con lineamientos, condiciones y observaciones, que serán entregados por el CMN en su resolución”, tal como señalan en un comunicado de prensa.
“Lo anterior se decide considerando, entre otros factores, el informe técnico de revisión de ingeniería estructural de la Dirección de Arquitectura del Ministerio de Obras Públicas, que plantea la urgente necesidad de proceder a la demolición del block 14, la última edificación de lo que fuera la Villa San Luis de Las Condes”, apunta el mismo texto.
Dicho informe señala que, “esa estructura reviste un alto riesgo a la integridad de las personas que transitan por el lugar (…). No es posible requerir que se recupere o rescate alguno de los pisos inferiores, porque la demolición debe lograr echar abajo edificio para liberar todos los mecanismos en equilibrio inestable presentes”.