Por María Kovacz

Tener una cuenta en las redes sociales sin duda se ha vuelto un paso importante, sea la edad que se tenga. Hoy en día estos medios nos han ayudado no solo a comunicarnos con amistades, familia o encontrar a personas que no veíamos hace tiempo, sino también a mantenernos informados. Y no es para menos, sabiendo que tanto Facebook como Twitter tienen millones de suscriptores.

Pero, también, debemos tener claro que no todo lo que aparece en internet es cierto. Basándonos en ello, se sabe que hay muchas cuentas que se utilizan con otro fin, y entre ellas está la entretención, como también conseguir miles de seguidores y likes.

Y aquí recaen las famosas "cuentas fakes" o parodias, aquellas que a partir de un personaje famoso (cantantes, animadores, actores o deportistas) basan sus escritos como si fueran ellos, pero en realidad no lo son.

¿Qué son las cuentas fake en Twitter?

En realidad, las cuentas fake en Twitter son cuentas falsas, en las que no nos encontramos con un usuario que existe, o al menos que no existe con ese nombre como real. Es decir, se trata en muchos casos de usuarios que hacen varias cuentas para aprovecharse de las técnicas de marketing en Twitter por las que ciertas empresas les pagan por hacer uso de ese seguidor.

Sin embargo, aunque puesto así parezca que no tiene ningún interés para una marca, o para cualquier página tener un fantasma como seguidor, lo cierto es que siguen haciéndose este tipo de prácticas en Twitter, y cada vez más vemos como se pasa a conseguir miles de usuarios al día. Y por si fuera poco, les recuerdo, por si a alguno le entra el gusanillo de lo fácil, que las cuentas fakes en Twitter están prohibidas así como la compra de seguidores.

Famosas cuentas

En nuestro país, la cuenta de Twitter @cathy_laloca era todo un fenómeno en redes sociales. Tenía todos los ingredientes para serlo: ingeniosa, cercana y, sobre todo, sexy. Eran casi 10 mil seguidores que buscaban su bendita interacción.

En su momento, este perfil trolleó a Paul Capdeville, subía fotos a su Instagram y hasta recibió una clave para ver Netflix, que uno de sus fanáticos le compartió. Pero todo se esfumó: la cuenta era falsa y, al ser descubierta, fue borrada.

Las historias que surgieron fueron varias: que las imágenes sensuales que usaba eran de una modelo rusa, que les agregaba calendarios típicos chilenos para darles credibilidad y que habría amenazado con subir las fotos de desnudos que le mandaban.

Lo único cierto es que @cathy_laloca desapareció y se sumó a la legión de cuentas de Twitter que atrajeron a un montón de seguidores que juraban que era todo cierto.
 
Además en Chile, podemos encontrar varias de ellas, como la famosa “Tía Evelyn”, eludiendo a Evelyn Matthei, una cuenta que cuenta con más de 64.4K seguidores. También está “El tío Mamo”, cuenta que tiene 19.2k de seguidores. Si seguimos nombrando otras, tenemos “Omemichile” la cuenta parodia de la Oficina Nacional de Emergencia. 

Para el especialista en redes sociales Sergio Avendaño, “sin duda estos nombres se han utilizado como parodia entre sus seguidores, y les va bastante bien, aunque algunos todavía no captan ese concepto y les contestan como si se tratara de la persona real”.

En conversación con nuestro medio, agregó que “la verdad es que en el mundo de Twitter son muchos los usuarios que siguen haciéndolo, porque precisamente es el camino fácil para crecer en la red, aunque crecer en el sentido numérico, porque hacerlo de verdad supone hacer otras cosas más, como por ejemplo, y lo que es fundamental, comunicarse con los usuarios que te siguen”.

Por su parte, Agustín Moya, quien trabaja como community manager, destacó que “no todas las cuentas de Twitter son, por decirlo de alguna manera, reales. De hecho, entre aquellas que más seguidores tienen, se encuentran las que han venido a denominarse fakes y que, en una definición breve y sin muchos matices, son parodias de esos famosos de los que casi todo el mundo, en su fuero interno, quiere reírse (por un motivo u otro) pero no lo hace”.

“Se dice que algunos lo hacen con motivos comerciales, aprovechando sus miles de seguidores en Twitter, mediante comentarios propios o cabalgando sobre el hastag que la marca que les pague tenga activo. Otros, deciden darles vida por el mero hecho de divertirse”, puntualiza.