Es considerado como "un testimonio increíble y extraordinario" de lo que ocurrió en Pompeya hace casi 2.000 años.
Un equipo de arqueólogos encontró los restos de dos hombres que murieron en la erupción volcánica que en el año 79 destruyó la antigua ciudad romana.
Funcionarios del sitio arqueológico creen que uno de ellos era probablemente un hombre de alto estatus y que el otro era su esclavo.
"Quizá estaban buscando refugio" de la erupción "cuando fueron barridos", señaló Massimo Ossana, director general.
La erupción del monte Vesubio enterró a Pompeya bajo cenizas, dejando así congelados en el tiempo a la ciudad y a sus habitantes, lo que los convierte en un verdadero tesoro para los arqueólogos.