La compañía editora del diario The New York Times anunció el lunes la compra de Wordle, el juego de moda en internet, por una cantidad “de siete cifras”. Lo que nació en octubre como un modesto entretenimiento ha cosechado en tiempo récord millones de usuarios. La adquisición refleja la creciente importancia de los juegos en la oferta del diario para aumentar las suscripciones digitales, con el propósito de alcanzar 10 millones en 2025.
El juego, en el que los participantes tienen seis oportunidades de adivinar una palabra de cinco letras al día, fue desarrollado a partir de un prototipo suyo de 2013 por Josh Wardle, un ingeniero informático de Brooklyn, como una forma de pasar el tiempo durante la pandemia y un regalo a su pareja, fan de los juegos de palabras. El nombre, ya convertido en marca, es un cruce entre su apellido y word (palabra, en inglés). Para ello se inspiró también en los juegos del diario, como los crucigramas y el popular Spelling Bee, en el que los jugadores deben formar tantas palabras como puedan a partir de siete letras dadas.
En un mensaje publicado en Twitter, Wardle asegura que trabajará con el Times para adaptar a la web del diario su juego, que de momento seguirá siendo gratuito tanto para usuarios registrados como para los nuevos. El éxito del pasatiempo ha sido tal que Twitter suspendió este mes una cuenta generada por un bot que ofrecía soluciones al puzle del día siguiente (Wordle plantea solo uno al día).
Wordle ha revolucionado el entretenimiento digital. Apareció por primera vez en octubre, en una desconocida página web sin anuncios. El 1 de noviembre tenía 90 usuarios registrados, que ya eran 300.000 a mediados de ese mes. Despegó el mes pasado, cuando su creador permitió compartir los resultados del juego en Facebook y Twitter, convirtiéndose en una presencia ubicua en ellas. Ahora, millones de usuarios juegan al Wordle a diario, según el comunicado del Times.
“Ha sido increíble ver cómo un juego proporcionaba tanta alegría a tanta gente, y me siento muy agradecido por las historias personales que algunos de ustedes han compartido conmigo, desde conectar a familiares distantes hasta provocar rivalidades amistosas o servir de apoyo en convalecencias”, ha dicho Wardle en un comunicado difundido en Twitter. “Por otro lado, estaría mintiendo si dijera que no estoy un poco abrumado. Después de todo, soy solo una persona y para mí es importante que, a medida que Wordle crezca, continúe brindando una gran experiencia a todos”.
Los pasatiempos de la edición digital del diario estadounidense —que registran 500 millones de clics al año— son una de las bazas de la compañía para cosechar suscripciones. Desde que introdujo el muro de pago en 2011, el diario está centrado “en convertirse en la primera opción de suscripción para todas las personas de habla inglesa que buscan comprender e interactuar con el mundo. Los juegos son una parte clave de esta estrategia”. La mayoría de los suscriptores lo son de la edición digital. El modelo de negocio de la edición impresa, que aún goza de mucho predicamento, se basa en la publicidad.
Los juegos y las recetas del diario tienen cada uno más de un millón de suscriptores. Hace unas semanas, la compañía amplió su oferta de contenidos con la adquisición de la web de deportes The Athletic, incorporando a su audiencia digital los 1,2 millones de suscriptores del portal. La estrategia de negocio de la compañía parece funcionar, a juzgar por los 8,4 millones de abonados que el diario alcanzaba en noviembre pasado, un millón más que en un año tan difícil como 2020.