Oh I'm just counting

Diego Calderón, candidato a presidente DC: Debemos redefinir "política de alianzas, de vetos, de primarias que no se respetan, de traiciones. Hay confianzas que costará mucho reconstruir"

Por Antonia Paz

Este domingo se realizan elecciones internas para elegir a la directiva de la Democracia Cristiana. En la lista 3, el candidato a presidente es Diego Calderón Gajardo que tiene 31 años y es abogado. Fue dirigente estudiantil en el año 2006 durante la revolución pingüina.

En 2016 trabajó durante el proceso constituyente impulsado en el gobierno de Michelle Bachelet.

En 2015 fue Presidente Nacional de la Juventud Demócrata Cristiana, cargo que ejerció por tres años. 

El año pasado fue candidato a Constituyente por el distrito 14, pero no alcanzó a ser electo.

Esta es la conversación que sostuvo Cambio21 con Diego Calderón.

 

¿Por qué decidió ser candidato a la presidencia del partido?


Por amor al partido. Porque en sus momentos más críticos vimos que se configuraban dos listas que representan más de lo mismo y que están marcadas por rencillas personales y sin proyecto alguno. Representan la continuidad de la Directiva y la continuidad de la crisis. Por ello creímos que teníamos una responsabilidad en competir fraternalmente para convencer a nuestros camaradas de que este es el momento de marcar un punto de inflexión. Es una cuestión de sobrevivencia.

¿Cuál es el domicilio de la DC: Centro, centro izquierda o derechamente, izquierda?


Nosotros no nos podemos definir en esas categorías, porque no nos podemos definir en relación a otros sino en base a nuestros propios valores y principios. Hemos dicho con claridad que tenemos que reflexionar sobre lo que somos y lo que queremos representar en el siglo XXI, revisar nuestras bases doctrinarias, nuestra identidad, y por supuesto, renovar nuestros liderazgos. Solo una vez que la DC resuelva sus propias complejidades, podemos buscar espacios de entendimiento con otros desde el diálogo democrático y la búsqueda de mínimos comunes.

¿Qué piensa del gabinete de Boric?


Es un buen equipo de profesionales, y muy diverso en varios sentidos. Espero por el bien de Chile que les vaya bien.

¿Por qué la DC no estuvo en el gabinete, siendo que está el PS, PPD y el PR, aliados de su partido?


Porque el pueblo decidió que no nos quería en el Gobierno, y nuestra tarea ahora es entender ese mensaje con claridad y buscar respuestas que nos permitan volver a sintonizar con la ciudadanía. Por eso me sorprendió el ingreso de algunos partidos de lo que fue Nuevo Pacto Social por un par de ministerios, considerando que hace dos meses querían gobernar con nosotros. Los últimos años han sido de improvisación en la política de alianzas, de vetos, de primarias que no se respetaron, de traiciones. Hay confianzas que costará mucho reconstruir.

¿La DC según usted, debe ser oposición o apoyar a Boric?


El pueblo de Chile no nos quiso en el Gobierno y nadie nos ha invitado a formar parte de él. Algunos dicen que no entraremos al gobierno pero que tampoco somos oposición, ¿entonces que somos según ellos? La gente está cansada de que seamos “ni chicha ni limonada” y del “acomódate cristiano”. Estamos en la oposición por voluntad popular, pero somos distintos a la derecha reaccionaria, porque hoy nuestra disposición es a colaborar, queremos que a este gobierno le vaya bien. Nosotros votamos por Gabriel Boric y aportamos con nuestras ideas al programa en la segunda vuelta. ¿No ayudó acaso a Gabriel Boric que demócratas cristianos de la talla de Ricardo Ffrench-Davis respaldaran su programa? Yo creo que si, por tanto, ello nos hace corresponsables de que a su Gobierno le vaya bien, pero también ese espíritu de colaboración y la relación de respeto debe ser recíproco.

¿Cuál es el legado de Piñera?


El de un Gobierno que puso fin a un ciclo político, poniendo en jaque todas nuestras instituciones y dejando una huella inborrable en la vida de muchas personas que vieron violados sus derechos humanos. Un legado penoso, sin lugar a dudas.