Luego que le hicieran una gran funa en Llo Lleo, San Antonio a Raquel Argandoña, Patricio Maldonado y la doctora María Luis Cordero, esta última salió a responderle a las manifestantes: “Yo no soy facista. Fui absolutamente contraria a la dictadura. Mi marido, el padre de mi hijo, del cual estoy muy orgullosa de haber querido, fue abogado de la Vicaría de la Solidaridad. Entonces, a mí ninguna de esas cosas me toca. Yo quiero aclarar. Es más, la señora que habla ahí (se refiere a una de las manifestantes, la cual tomó la vocería de la funa) no había ni nacido para el golpe militar.
“Yo tenía veintitantos años y fui una doctora demócrata cristiana camuflada, porque no se podía ser militante del partido en la época. Colaboré con los dirigentes sindicales de San Antonio para ayudar a jubilar a los portuarios viejitos, que no tenían como salir de la pobreza. De modo que a mí en San Antonio, en Llolleo, me quieren muchísimo. La gente de la edad mía me quiere y me respeta. Los epítetos de vieja facha no me tocan”
Y sigue respondiendo: “Una señora que estaba con su entrada y viene una muchacha, llenó su boca de vómito, probablemente la noche anterior había estado carreteando, y le tiró el vómito en la ropa. ¿Es necesario llegar a esos extremos? ¿Vomitar a una persona que compró su entrada para ir a divertirse?
Y la doctora Cordero sigue: “Y no eran más de 20 personas las funadoras. Ahora, déjenme darles un abrazo muy grande a todos los carabineros. Son muy amables, terminamos sacándonos fotos, todos encantadores. No pinten como que fue un tremendo drama. No pasó nada. Yo llegué sana y estoy ilesa”
Y respondió cuántas eran las manifestantes: “Como más de 20, para no ser chueca. Y la otra cosa que miré, tú sabes como soy de sapa y observadora, eran personas que me recordaban a esas obesas que se hacían pasar por Adonis en ese programa que tuvo tanto éxito, Espías del Amor.
“Una obesas mórbidas, había muchas de esas, personas que tienen unas vidas oscuras, que nadie les da bola, entonces encontraron ese espacio para ser tomadas en cuenta, para colgar un cartel que alguien les pasó para colgarlo, ‘que se vayan estas viejas momias’”
Y finalizó: “Yo lo único que sentí fue que se quebró una botella en la barra de la puerta de entrada al bus. Alguien tiró una botella, lo cual es muy peligroso. Pero no pasó absolutamente nada".