Oh I'm just counting

Editorial Cambio21. Como una tragedia griega: predominó la división electoral en las filas del apruebo

Este lunes se inscribieron las candidaturas para las elecciones más importantes en la historia del país -desde el plebiscito de octubre del 88’-, como son las elecciones de los representantes ciudadanos para la Convención Constitucional, los nuevos gobiernos municipales y regionales.
 
El interés ciudadano está motivando una incipiente movilización en torno a la elección para la Convención Constitucional. Más de 500.000 ciudadanos patrocinaron en el SERVEL a la multiplicidad de candidatos independientes que se unirán a las listas de candidatos de los bloques Chile Vamos, Unidad Constituyente y la alianza PC con FA.
 
Para la elección más importante como es la Convención Constitucional la derecha logró armar una lista unitaria en que incluye a candidatos de la ultraderecha como es el partido Republicano de José Antonio Kast, mostrando un fuerte pragmatismo electoral ya que el sistema electoral favorece a las listas unitarias e incluso sacó a Ministros del gabinete para instalarlos en la lista de convencionales.
 
Su apuesta es pragmática y ha obtenido su primer logro político. Sabe que la lista unitaria es premiada en el sistema electoral y por tanto si tiene un 30% de los votos puede obtener un 40% de los representantes de la Convención Constitucional.
La derecha dura ha triunfado por sobre sectores que se autodefinen más social o de centro, pero una alianza electoral con el partido de Kast revela que la derecha no quiere dispersión de sus votos y que ellos permitan elegir a sus candidatos que irán a defender posiciones conservadoras, de mínimos cambios constitucionales, sin derechos sociales garantizados y que todo sea muy cercano a la Constitución pinochetista.
 
Por su parte, los sectores progresistas que estuvieron por el Apruebo –que obtuvo el 25 de octubre pasado casi un 80% de apoyo- no lograron converger en una sola lista de candidatos y presentaran un cuadro de fragmentación y división en multiplicidad de listas, ya sea de bloques políticos, pero también de listas de candidatos independientes. No hubo capacidad ni visión estratégica de los bloques políticos por privilegiar la unidad predominó la lógica de discurso del perfilamiento propio, mirando esta elección de convencionales como el espacio para dirimir la hegemonía del sector entre la Unidad Constituyente –más socialdemócrata- y el bloque más izquierdista Partido Comunista más el Frente Amplio donde estos últimos buscan dar il sorpasso en el sector.
 
Tampoco leyeron adecuadamente la desconfianza hacia todos los partidos políticos y no le dieron espacios relevantes a los Independientes en sus listas. En este mundo que ha mostrado una gran diversidad, predominó una narrativa anti-partidos y algunos liderazgos sociales se juegan la opción de desplazar a los partidos políticos en las preferencias ciudadana lo que significará una multiplicidad de listas de independientes en los diversos distritos, con la excepción de algunos distritos donde confluyeron unitariamente Independientes No neutrales con la lista del pueblo, de la Mesa Social y de las organizaciones territoriales.
 
El mundo progresista tensionado entre los partidos políticos con la sociedad civil, entre militantes e independientes, entre socialdemócratas y más izquierdistas se presenta a la elección más importante dividido en múltiples listas para elegir convencionales, mientras que la derecha –sea dura, de centro o tradicional- logró unirse en una sola lista.
Este escenario electoral genera frustración en muchos sectores históricos del progresismo que ven como partidos políticos y sectores de independientes no se jugaron por la unidad –incluso algunos públicamente justifican 2 o 3 listas- lo que generará una sobre representación de la derecha en la Convención.
 
Es lamentable que en la oposición hayan predominado los cálculos electorales en función de pequeñas cuotas de poder o intereses particulares de posicionamiento o para instalarse en el nuevo escenario del poder, que además pueden ser errados producto del sistema electoral vigente.
 
Es de esperar que exista un análisis sereno y racional de este proceso de inscripción de candidaturas genera un cambio de dinámica política en la centroizquierda. Si ahora se inicia una campaña suicida al interior de las listas o entre las listas que representan al Apruebo no estamos en sintonía con un país que quiere avanzar hacia un Chile distinto con un Constitución que garantice una convivencia democrática y derechos sociales básicos.



Que lamentable el divisionismo.