Tuvimos un ejemplar plebiscito de salida con la participación inédita de más de 13 millones de ciudadanos, que supera con la participación de 8,3 millones de electores en la 2ª vuelta de diciembre pasado.
Esa masiva participación ciudadana, debiera permitir reponer el voto obligatorio lo que mejoraría la calidad de nuestra deteriorada democracia.
Lo sorpresivo, a pesar de que diversas encuestas lo anticipaban, fue que el Rechazo ganará por una amplia ventaja de 62% contra 38%, triunfando en todas las regiones del país y casi todas las comunas. Solo en siete ganó el Apruebo. En 338 perdió. Fue una expresión ciudadana maciza contra el texto constitucional propuesto por la ex Convención.
La primera explicación de esta derrota del Apruebo que había logrado un 78% de apoyo ciudadano en octubre de 2020 fue el diseño ultrista y los gustitos ideologizados que instalaron ex convencionales como Barraza, Stingo, Bassa, Atria, Baradit, Daza, Politzer , Dorador que vinieron a imponer su agenda en contra de la opinión de sectores que representaban a los actores políticos tradicionales.
Fin del Senado, Estado Regional, Sistema de Justicia etc fueron temas en que se impusieron visiones maximalistas en la ex Convención, que no fueron respaldadas en ese momento en las encuestas y que explican este 62% de Rechazo ciudadano.
Fue el fracaso del maximalismo y el ultrismo que hizo muy difícil la campaña del Apruebo que se comprometió a reformar y a mejorar el texto, lo que no fue suficiente porque no existieron los compromisos políticos nítidos de realizar esos cambios si ganara el Apruebo.
Esto no es compartido por la izquierda de Apruebo Dignidad (RD,PC) que sigue insistiendo que esta derrota fue por las fakenews y no aparece ninguna autocrítica de los errores políticos cometidos.
Fueron 7,8 millones de electores los que votaron Rechazo, fue un 62% de 13,0 millones de electores los que rechazaron el mal texto y no aparece ninguna auto crítica de los ex convencionales izquierdistas revelando una soberbia y arrogancia que explican su fracaso electoral.
El gobierno se sumó a esos errores atando su suerte al éxito del Apruebo, cuando ministro Jackson señaló que el programa de gobierno estaba condicionado a que ganara el Apruebo. Un gobierno con una deficiente gestión política en estos 6 meses convirtió el plebiscito de salida en también en un referéndum sobre su gestión y también fracasó.
Parte del Rechazo es molestia por la situación de inseguridad que vive el país, es por la falta de desarrollo económico, la alta inflación, el estancamiento en la generación de empleos y percibió al gobierno más dedicado a promover un mal texto constitucional que a resolver los problemas cotidianos que se mantienen post pandemia.
Este error de diseño político fue adjudicado al Ministro Giorgio Jackson quién además ha tenido una mala relación política con los parlamentarios, especialmente los del PS y se destacó por resaltar una fuerte superioridad moral en relación a las generaciones concertacionistas. De este modo la mala gestión política de Jackson fue acumulando distanciamiento de los parlamentarios en relación a los proyectos del gobierno.
Un gobierno que en el Parlamento es minoría ya que decidió excluir a la DC de su diseño que tiene 5 senadores y 8 diputados, no tiene vínculos con PDG e independientes en el Parlamento y carece entonces de fuerza política para impulsar una agenda de transformaciones que comprometió en la campaña 2021.
Impulsar sus reformas como la tributaria y la previsional requiere ampliar su fuerza política propia, acotar su plan de gobierno y definir un esquema de acuerdos transversales y para ese diseño carece de Ministros políticos que puedan implementarlo, por lo cual esta derrota electoral acelera la urgencia de un cambio de gabinete real.
Un enroque ministerial no es suficiente, reubicar a Jackson y Siches en otros ministerios sectoriales no resuelve el problema. El gobierno necesita ministros empoderados y con experiencia y vínculos políticos, o sea requiere ministros con canas y carrete político, por lo cual debe abandonar su lógica generacional y de superioridad moral sobre las generaciones anteriores.
Debe asumir también que al reimpulso del proceso constitucional, requiere además, concordar un Plan de Reactivación de la economía ante las proyecciones de crecimiento 0% que se avecina para los próximos 18 meses -donde requiere un mejor ministro de Economía que sea un aporte a este proceso-, también impulsar un Plan que brinde seguridad a la población con estrategias efectivas de lucha anti-delincuencia y anti-narcos y otras iniciativas sociales (disminuir listas de espera, disminuir déficit habitacional) que apunten a mejorar la vida de la mayoría de los chilenos.
La ciudadanía habló y un Presidente de la República debe escuchar e interpretar la voz de las urnas. La mayoría del país espera que la máxima autoridad republicana ayude a construir esos acuerdos transversales que saquen al país de este estancamiento en que vive hace ya muchos años.