Oh I'm just counting

Editorial Cambio21: La recuperación de la economía será lenta

El Informe de Política Monetaria (IPOM) del Banco Central instaló el debate sobre la velocidad de la recuperación de la economía considerando que la caída del IMACEC de julio fue sólo -10,7%, lo que alentó al Banco a mejorar sus proyecciones futuras.

En su informe, el ente fiscal admite que en los últimos meses la economía ha dado signos de estabilización y las medidas de apoyo para enfrentar la crisis han respaldado el consumo, aludiendo al factor del retiro del 10% de los fondos previsionales.

Esta conclusión ex post resulta sorprendente ya que el Banco Central y la Superintendencia de Pensiones –junto a una serie de tecnócratas- pintaron un cuadro dantesco en la previa a la aprobación de la reforma que autorizó el retiro del 10% y hoy señala que producto de eso “la economía chilena ha dado signos de estabilización”.

Más sorprendente resulta que autoridades como el Ministro de Economía señale que la recuperación es producto del “efecto de las medidas gubernamentales” y no sean capaces de reconocer el shock de consumo que significó el retiro del 10% que fue descalificado por estas mismas autoridades como de “república bananera”

Según el último informe más de 9,0 millones de personas han retirado sus fondos lo que totaliza pagos por US$ 13.300 millones, lo que explica este shock de consumo, mientras que las ayudas fiscales suman apenas US$ 3.500 millones y los beneficiarios alcanzan a alrededor de 3,5 millones de familias.

O sea, la red de protección social del gobierno ha sido completamente insuficiente, lo que ha funcionado es “la autoayuda” que amortiguará la caída de la actividad, está generando "un mini boom" de consumo –que favorece tanto al retail como el pequeño comercio- y generará un escenario macro para 2020 de una menor caída de la actividad anual que fluctuará entre -5,5% y -7,5%.

Pero ese mini boom de consumo que mejorará los números de la actividad –como lo muestra el ciberday-es transitorio ya que el promedio de retiro por persona es $1.198.000 lo que impactará principalmente en el segundo semestre. Como lo señala el IPOM “su impacto sobre la demanda interna y la actividad en el corto plazo es muy significativo” pero sus efectos serán transitorios.

La situación del empleo es muy compleja. Según una reciente encuesta del Ministerio de Desarrollo Social sólo 61% “mantiene el empleo”, a julio hay 1.830.000 empleos menos que en julio 2019, hay más de 750.000 trabajadores con suspensión laboral (de los cuales, notodos se reinsertaran laboralmente) y según encuesta del INE hay un 33% de los 7,0 millones de ocupados que han sufrido "drásticas disminuciones de ingresos mensuales".

Pasado el efecto transitorio de la liquidez por el retiro del 10%, la mayoría de la población será más pobre, tendrá menos ingresos y se requerirá para 2021 un presupuesto fiscal más expansivo con más inversión pública intensiva en la generación de empleos -este 2020 se recortó en 5,5% el presupuesto inicial de inversión pública-.

La lógica de los recortes presupuestarios y la lenta ejecución de la inversión pública como ha ocurrido hasta el mes de julio no ayuda a este esfuerzo.

El país debe asumir que la recuperación del Empleo será más lenta que la recuperación de la actividad económica y eso requiere para el 2021 más inversión pública, más subsidios a la contratación laboral focalizados en trabajadoras de menores ingresos y tal vez en algunos territorios programas especiales de empleo.

El presupuesto 2021 –que ingresará a trámite legislativo antes del 30 de septiembre- requerirá poner foco en la recuperación del empleo vía un mayor protagonismo de la política fiscal.

Asimismo, el país debe empezar a asumir que el Fondo Covid19 de los US$ 12.000 millones puede que se haga corto –ya tiene comprometido US$ 10.200 millones- y se requerirá más inversión pública, más subsidios a la contratación y a las PYMES, ya que el mini boom del consumo privado empezará a diluirse el 2021.

Resulta razonable entonces impulsar una agenda pro empleo para el 2021 que surja del diálogo social entre empleadores, sindicatos, pymes, parlamento, universidades que la instale como una tarea-país que es construida socialmente por los distintos actores sociales y políticos que puede darle más solidez a nuestra recuperación.

Es hora entonces de construir ese diálogo pro empleo.