Los sectores conservadores, especialmente la prensa económica empresarial ha resaltado la idea que estamos ad portas de un nuevo súper ciclo de mayor precio del cobre -US$4,36 marcó esta semana-; incluso la Dirección de Presupuesto actualizó su proyección de precio promedio para este 2021 haciendo “una revisión al alza en la proyección para este año, la que pasó desde USc$288 a USc$335 la libra” lo que mejora la posición fiscal.
A diferencias del anterior súper ciclo, el impacto en las arcas fiscales por cada centavo de mayor precio del cobre cayó de US$ 60,0 millones a sólo US$ 24 millones.
Un mayor precio del cobre genera un cierto espejismo de corto plazo y se tiende a ralentizar las soluciones a los problemas estructurales de nuestra economía como son su baja productividad, la baja inversión en Innovación y Ciencias, la escasa diversificación de su canasta exportadora y en lo coyuntural la lenta recuperación del empleo que está mostrando la economía estos primeros meses del 2021.
Es de esperar que la élite no cometa los errores de los súper ciclos anteriores –como ocurrió en 2021/2013- donde no se avanzó en una Agenda de Desarrollo Productivo que resolviera los nudos que están bloqueando nuestro salto al desarrollo como son los temas ligados al mejoramiento de la productividad y la urgente diversificación de la matriz productiva.
El camino de la cobre-dependencia –vigente las últimas décadas- ya sabemos que es una vía que no genera desarrollos inclusivos como los que está demandando el Chile actual. Ese aprendizaje transversal será puesto a prueba por este mayor precio del cobre.
Nunca está de más recordarlo, pero los países que progresan de manera sostenida en la nueva economía no son los exportadores de commodities, sino los que invierten en Innovación, Ciencias y Tecnología y eso Chile no lo está haciendo, sigue invirtiendo sólo 0,34% del PIB en esto y los últimos dos años con serios intentos del gobierno por rebajar esos aportes que fueron rechazados por la oposición en el Parlamento. Es urgente que próximo gobierno progresista ponga como meta llegar al breve plazo a invertir a lo menos 1% del PIB en innovación productiva y ciencias aplicadas.
En materia de empleos para el 2021 se ve lenta la reactivación y su impacto en creación de puestos de trabajo. Según estudio UC en los últimos 12 meses se han perdido 1.760.000 empleos, con un impacto fuerte en mujeres, especialmente en sectores como turismo, construcción, comercio y servicios y los nuevos empleos recuperados en último trimestre en su mayoría son informales -65% según UC y 61% según INE-.
Una política pro empleo para este 2021 tiene enormes desafíos cuantitativos –debiera medirse por la evolución de los ocupados, para tener una métrica que permita evaluar-; debe hacerse cargo de facilitar la reinserción laboral de más de 800.000 mujeres que perdieron su empleo por la pandemia; eso implica que las mujeres debieran tener un subsidio mayor para estimular su contratación vía programa Sence, como también que en las regiones altamente urbanizadas financiar una red de cuidadoras infantiles que las ayude a compatibilizar su reinserción laboral con las tareas del hogar. Elementos que no están en diseño del subsidio al empleo del gobierno y que debieran ser rectificados.
En materia de inversión pública deben tomarse medidas para acelerar la ejecución de los US$ 11.000 millones que están en presupuesto 2021 con especial preocupación por acelerar aquellas áreas que mostraron excesiva lentitud el año pasado como fue el Mop y la inversión pública en regiones. Los sectores más afectados como Turismo, Gastronomía, Cultura, Servicios requieren apoyos fiscales para subsistir este 2021 donde se tendrá que seguir conviviendo con las restricciones sanitarias porque virus sigue ahí a pesar del inicio del plan de vacunación. Hay recursos en presupuesto 2021 para apoyar a las pequeñas empresas de estos sectores, pero la mala gestión de los ministerios de Cultura y Economía está demorando la implementación de estos planes de apoyo fiscal.
No somos de los optimistas que mayor precio del cobre reactivará la economía y el empleo. Los problemas estructurales de la economía chilena no se resuelven con balas de plata.