Oh I'm just counting

Editorial Cambio21: Piñera o el Gobierno inexistente y la agudización del "pato cojo"

La semana que pasó reveló la más absoluta orfandad política de Piñera ya ni sus parlamentarios lo apoyan, al contrario, el segundo retiro del 10% de los ahorros previsionales fue aprobado con más votos que el primero e incluyó a varios diputados ortodoxos UDI.
La debilidad del nuevo Ministro del Interior Rodrigo Delgado es ostensible, la casi nula influencia del Ministro Briones es demasiado evidente e incluso los mismos parlamentarios gubernamentales lo califican de “fantasma”.
O sea, el Gobierno muestra una falta de conducción política y económica que lo tiene a la deriva y lo que es más riesgoso es que el país deberá sobrevivir con esta debilidad gubernamental los próximos 15 meses en medio de las elecciones de abril y noviembre/diciembre del 2021 que serán las más decisivas de los últimos 30 años ya que se distribuirá el poder para el próximo ciclo político democrático.
Esto es más grave para el país porque el Gobierno y sus ministros no parecieran percibir su aislamiento y falta de apoyo ciudadano -sólo alcanza al 15%-.
Y de repente actúan -como ha ocurrido en el Presupuesto 2021- con una falta de sensatez política rebajando recursos a las universidades, en áreas sensibles para el desarrollo futuro como en innovación, ciencias, medio ambiente y culturas y atacando desproporcionadamente a la oposición sin buscar negociar ni menos flexibilizar sus rígidas posiciones, en espera que llegue el 30 de noviembre donde la norma constitucional establece que si el Congreso a esa fecha no despacha el proyecto de presupuesto regirá el ingresado por el Ejecutivo el 30 de septiembre.

Un gobierno que no negocia, que espera que pasen los días para que llegue el 30 de noviembre y en espera que la norma constitucional opere a su favor es una mala señal política que en este contexto afectaría la normalidad democrática.

Si ese fuera la estrategia del Ministro Briones pareciera no haber entendido nada de sus derrotas políticas en el Parlamento tanto en el proyecto del segundo retiro del 10% como en el rechazo a partidas del presupuesto Mineduc que tienen que ver con educación superior, Ministerio de Ciencias y Culturas, Corfo, el Tesoro Público entre otros.

Resulta inaudito que un Ministro de Hacienda no reconozca su condición de minoría en el Parlamento y no acoga el llamado opositor a negociar una reformulación del presupuesto 2021 manteniendo el actual nivel de gasto de US$ 73.300 millones para el próximo año.

Además, rechazar normas pro transparencia como es la creación del registro de dueños finales de proveedores como lo plantearon conjuntamente la senadora Yasna Provoste con los senadores Montes y Lagos es una mala señal de poner al gobierno defendiendo la opacidad presupuestaria que es una cuestión que rechaza la mayoría política en el parlamento.

La sordera y la tozudez política son malas consejeras para un Ministro de Hacienda ya perdió el control de la agenda económica y social al decidir suspender en octubre el beneficio del Ingreso Familiar de Emergencia a 3,3 millones de hogares del 40% más vulnerable que es la gran argumentación parlamentaria para apoyar el segundo retiro del 10%.

Si quiere avanzar en una reforma previsional en el Senado debe “leer” que la oposición no cederá en su propuesta de solidarizar el nuevo 6% de mayor cotización previsional, en especial si el objetivo es aumentar las bajas pensiones que dan las AFP’s.
El país si quiere mejorar las actuales pensiones debe transitar hacia la solidaridad intra e intergeneracional y eso significa para la derecha ceder y abandonar la ortodoxia neoliberal de mantener el ahorro individual.

Cuando un Gobierno está desfondado, con escaso apoyo político y ciudadano debiera negociar, flexibilizar posiciones y no refugiarse a ultranza en el hiper presidencialismo, como pareciera apostar Piñera.

Es hora de que una vez por todas el presidente Piñera asuma su orfandad y flexibilice sus posiciones para mantener en pie la figura institucional de la Presidencia de la República para el futuro.

Esperemos que se reformule un mal presupuesto fiscal 2021 mediante una equilibrada negociación entre Gobierno y mayoría parlamentaria, sería lo mejor para Chile y su futuro.