Oh I'm just counting

Editorial Cambio21: Primer año de un Gobierno que iba hacer transformaciones y que fracasa en su agenda reformista

La derrota política del Gobierno en la Cámara de Diputados de su proyecto estrella la Reforma Tributaria que allegaba nuevos recursos fiscales para implementar las transformaciones de su programa de gobierno fue un golpe muy duro porque reveló la mala gestión política y legislativa de aventurarse en querer aprobar una reforma clave con solo 1 a 2 votos a favor que se perdieron por un impasse entre el ministro de Educación y 3 diputadas de izquierda que habitualmente votan con el Gobierno y que dejó al gobierno al borde del nocaut en la víspera de cumplir su primer año.

Resulta incomprensible que una reforma clave no haya tenido asegurada una base mayor de votación, si se había optado por descartar negociación con la derecha en la Cámara y hacerlo mejor en el Senado.

 Una estrategia tan riesgosa requería un trabajo de persuasión y acuerdos con los distintos actores de la centroizquierda que claramente no se realizó y reveló -una vez más- el amateurismo gubernamental.

La buena evaluación de la reacción ante los incendios forestales, se perdió ante el fracaso político y legislativo con la Reforma Tributaria y ya las encuestas muestran una caída del 35% al 32% en la evaluación semanal del gobierno.

Las evaluaciones del primer año muestran que este gobierno es el peor evaluado en su primer año desde los años 90’ en los inicios de la democracia y hay un importante porcentaje de la población (50%) que percibe que el país retrocedió este primer año respecto al gobierno anterior.

La mala evaluación ciudadana -según diversas encuestas que se conocieron este fin de semana- se asocia principalmente a que el Gobierno va perdiendo el combate a la delincuencia y el narco tráfico, a la inflación y las alzas de precios y a la falta de control de la inmigración ilegal en el norte. En un segundo nivel de explicaciones a la mala evaluación aparece la falta de experiencia en gobernar, los indultos y el apoyo al apruebo en el plebiscito constitucional.

Es una ciudadanía más exigente que quiere logros, resultados, que se note en el mejoramiento de su calidad de vida y que quiere se cumplan las promesas de la campaña presidencial.

No hemos tenido un gobierno enfocado en los resultados, al contrario, muestra pocos logros y permanentemente vuelve a un relato lleno de promesas sin lograr entender que es gobierno y que la ciudadanía quiere que se concreten los cambios prometidos.

Los discursos, los videos emotivos funcionan en las campañas presidenciales, pero en el primer año de gobierno se buscan cambios y transformaciones que al parecer no se cumplirán. Algunos por inviables o porque carecían de diseño técnico o porque ya no hay mayorías que lo respalden como por ejemplo el Fin al CAE, la refundación o reforma de Carabineros, una reforma tributaria progresiva.

En materia de ayudas sociales a las familias por las alzas inflacionarias de los alimentos se contenta con crear un mecanismo de ayuda de $13.500 mensuales, pero solo a los perceptores del SUF y la Asignación Familiar que no alcanzan al 20% de los chilenos/as.

El Gobierno realiza un cambio de gabinete enfocado en mejorar la gestión, pero no cambia a quién durante el primer año no hizo nada por remediar el terremoto educacional que dejó la pandemia en materia de menores aprendizajes, alto ausentismo escolar y ahora con mayor violencia en los colegios creciendo el bullyng escolar.

Trata de dar más agilidad en la ejecución de la inversión pública vía MOP (con un presupuesto 2023 de US$ 5.000 millones) llevando a la presidenta de BancoEstado, pero el ministro saliente de manera inédita de una entrevista de prensa a las 24 horas de haber salido del gabinete criticando la medida, su partido cuestiona públicamente el cambio, todo lo cual daña la imagen presidencial.

Post rechazo de la reforma tributaria aún no hay claridad sobre que hará Gobierno, si insistirá vía Senado después de las elecciones de mayo o esperará un año para volver a presentar proyecto en la Cámara.

Así el balance del primer año muestra qué en los menores de 35 años, en las mujeres y el sector ABC1, el gobierno mantiene buenos números (alrededor del 38%), pero es un gobierno con mala evaluación en los grupos medios y en los mayores de 40 años.

Producto de estos traspiés lo que viene debiera ser enfocarse en resolver sus debilidades como restablecer el orden y el combate a la delincuencia y en reactivar la economía y bajar la inflación, pero son temas en que ha perdido un año y veremos si tiene capacidad de gestión para producir resultados positivos en esos ámbitos, con una mejor gestión producto del cambio de gabinete que trajo de vuelta a la cultura concertacionista.

Una salida es que gobierno abandone su agenda transformadora por no tener mayorías y en un gesto de realismo vuelva a gobernar como lo hacía la Concertación, con negociación y acuerdos en la medida de lo posible.