La prensa económica sorprendió a muchos/as informando que las exportaciones del 2022 había crecido 3%, gracias a un incremento de la producción del Litio.
Hace ya algunos años sabemos que se viene un gran futuro para los productores y exportadores de Cobre y Litio producto de que son minerales altamente usados en la electromovilidad y ya tienen una alta demanda en varios países, lo que ha hecho subir los precios de esos minerales.
En el caso del Litio la tonelada subió de US$ 5.000 de hace algunos años a US$ 80.000 en la actualidad y el Fisco de Chile ha tenido ingresos extraordinarios en los últimos años por el royalty al Litio que deben pagar por concesión de CORFO en Salar de Atacama.
Este royalty al litio se instaló en la administración Bachelet con las modificaciones contractuales de CORFO entre 2016 y 2018 con los operadores privados SQM y Albemarle como primera expresión de la política nacional del Litio.
Lamentablemente nada más ha ocurrido en esta materia. No hay mayor producción -solo producen SQM y Albemarle en la concesión de CORFO- , no hay nuevos salares para la producción del Litio; no hay nuevas alianzas entre sector público y privado.
Al contrario la opinión pública ve con preocupación que en Salar de Maricunga, CODELCO tiene un CEOL para desarrollar litio, pero está buscando ampliarlo y dejar sin espacio de desarrollo a proyectos privados maduros que ya tienen RCA, acuerdo con las comunidades Collas y además, que se han asociado con inversionistas australianos como Lithium Power.
O sea, CODELCO no desarrolla producción de Litio en Maricunga y además, se embarca en batallas judiciales -que ha ido perdiendo- con actores privados como el grupo Errázuriz y otros, tratando de aprovecharse de su posición de actor estatal para ampliar su CEOL que terminaría borrando el protagonismo privado.
El desarrollo futuro del Litio requiere alianzas públicos/privados, requiere que empresas públicas que pueden desarrollar el Litio como ENAMI y CODELCO generen relaciones de cooperación con inversionistas privados en los distintos salares, con una política de cooperación y no de confrontación como lo ha hecho Codelco en el Salar de Maricunga.
Se requiere ampliar la producción de Litio, desarrollarlo en nuevos Salares -como Maricunga-, hay que definir una política de revisión de contratos en Salar de Atacama, en especial para la concesión de SQM que vence en el 2030; pero si queremos un nuevo motor de desarrollo ese es ampliar la producción de litio más valor agregado.
Este 2022 sin política nacional del Litio, este mineral salvó las exportaciones 2022. Imaginemos un esfuerzo coordinado de sector público con actores privados para mejorar producción en Salares de Atacama y Maricunga -por nombrar 2 territorios-, en que predomina la cooperación y quedan atrás las batallas judiciales y se impulsa un trabajo coordinado para enfrentar los desafíos hídricos, para tener adecuados relacionamientos con las comunidades de pueblos originarios y respetar el medio ambiente, tendríamos una industria potente que puede respaldar la recuperación del crecimiento económico y el financiamiento de mejores políticas de equidad social.
Es ahora y no en 5 años más donde debemos empezar a impulsar el desarrollo de mayor producción del litio.