Concluidas las conmemoraciones de los 50 años del Golpe de Estado, el Gobierno debe enfocarse en resolver los problemas que siguen acechando a las clases medias y sectores populares donde ha ido perdiendo apoyo social producto de su mala gestión en seguridad ciudadana y por tener una economía estancada -este año la actividad caerá en -0,5%- y persistirá el alto desempleo.
La inflación -gracias a la acción del Banco Central- ha ido bajando y se proyecta que en diciembre estaría en 4,5% en 12 meses, pero existe preocupación por el efecto inflacionario que puede tener al alto precio del dólar que ya está impactando en este micro ciclo inflacionario de la bencina, donde las reformas no ha logrado contener las alzas y se viene otra alza importante de las tarifas eléctricas que para los clientes con consumos hasta 350 KWH, donde el incremento tarifario será de 8% y para clientes de altos consumos será de 48%.
Lo que resulta incomprensible es la lentitud para reaccionar del ministerio de Energía que solo se dedica por la vía administrativa a postergar el alza -no firmando los decretos tarifarios- y no asume la relevancia de tener un subsidio fiscal para las familias vulnerables -para las familias del 30% o 40% más vulnerable- como se lo ha solicitado de manera unánime la Comisión de energía del Senado; ni implementar una fórmula para amortiguar alza tarifaria a las PYMES -las que vienen pidiendo hace meses- como es declararlos “clientes libres” lo que les permitiría negociar tarifas más bajas.
Se requiere impulsar medidas que reactiven la economía, que impulsen la inversión pública y privada, que permitan aprovechar las oportunidades de la Diversificación Productiva en Litio, Hidrógeno Verde, en Turismo como lo ha planteado diversos actores políticos en el marco de la Conversación sobre el Pacto Fiscal por el Desarrollo y probablemente será tema en debate sobre ley de Presupuesto 2024 donde se requiere un presupuesto fiscal anti cíclico especialmente aumentado la inversión pública, que debiera ir acompañado con un conjunto de medidas en MOP, Educación y Salud que acelere la ejecución de esos recursos que este 2023 anda muy lenta.
Es clave para 2024 que se impulse un Programa de Modernización del Transporte Público Regional con los recursos del subsidio Espejo que vaya disminuyendo las inequidades territoriales que se ven hoy en las regiones, como lo mostró la tragedia de San Pedro de la Paz. Las regiones requieren un plan de inversiones que mejoren la calidad del transporte público regional que están muy lejos de los estándares que se ven en la Región Metropolitana.
Junto al carácter reactivador del presupuesto, debe garantizarse al país que los recursos públicos serán ejecutados con transparencia, concursabilidad y adecuadas rendiciones de cuenta que eviten las situaciones de corrupción conocidas este año con los recursos de los GORES como en Los Lagos, Bío-Bío, Araucanía y otras regiones y en el MINVU con el programa Asentamientos Precarios.
Estas situaciones de corrupción, además han generado desconfianza ciudadana en los programas sociales que debieran estar focalizados en mejorar la vida de las familias vulnerables y han terminado usándose en otras cuestiones alejadas de ese fin social.
Se requiere reforzar la lucha contra la delincuencia con más presencia policial en los barrios y desarrollando nuevos paquetes de medidas con foco en las comunas de mayor riesgo y actividad delictual que permitan ir reinstalando un clima de tranquilidad en las regiones y comunas del país. Un reciente estudio UC revela que 82% cree que la delincuencia aumentó en el último año, que el 42% de la población entre 18 y 24 años cree que será víctima de algún delito; por tanto, debemos esforzarnos para implementar nuevas políticas que combaten este sentimiento social de temor y miedo que nos está dominando.
También es clave que pensando en el futuro se invierta en un potente Plan de Recuperación Educativa, especialmente a nivel de la educación inicial, pública y técnica-profesional que permita mejorar aprendizajes en lecto escritura y matemáticas y disminuir los niveles de violencia y bullyng en la convivencia escolar y así recuperar los aprendizajes perdidos durante la pandemia.
Es hora que nos centremos en debatir los problemas que debemos solucionar, construir consensos amplios para implementar políticas que nos permitan superar el actual estado de estancamiento político-social y económico que hemos vivido en la última década.
Ojalá que las Fiestas Patrias nos devuelvan ese clima de acuerdos perdidos y podamos mirar con más esperanza el futuro.