Oh I'm just counting

Editorial: La impericia política del ministro Briones

La aprobación en general del proyecto de ley que permite el retiro del 10% de los ahorros previsionales en las AFP’s es una fuerte derrota política para el Ministro de Hacienda que fue incapaz de persuadir a sus diputados para que lo respaldaran en su defensa de las AFP’s y en instalar comunicacionalmente que esta iniciativa es “pan para hoy y hambre para mañana”.

En su defensa de las AFP’s, el Gobierno chocó con la realidad de las bajas pensiones que ellas dan -que ya no se pueden ocultar con el marketing como ocurría antes-, hoy hay miles de testimonios de pensiones miserables. En el caso de las mujeres son las más dañadas por el modelo de las AFP’s, en mayo hubo 482.000 mujeres con pensiones de vejez cuyo monto promedio fue $189.034, pero la mediana está en $137.688, lo que quiere decir que el 50% de las mujeres pensionadas autofinanciadas con la capitalización individual tiene pensiones inferiores a ese monto.

Resulta ofensivo y mentiroso que el Ministro de Hacienda hable que esta medida está amenazando la posibilidad de tener “buenas pensiones en el futuro”.

La promesa de buenas pensiones hace rato el país sabe que no se cumplió por parte de las AFP’s; por tanto, defender ese sueño futuro es un error mayúsculo de Briones revelador que no conoce la realidad de las pensiones, sólo está haciendo una defensa ideológica del rol de las AFP’s en el mercado de capitales y su rol de apoyo a las empresas, lo que ahonda su imagen de gobierno pro empresarial y pro AFP’s.

Las familias de ingresos medios, esa clase media emergente ha sido abandonada por este gobierno, en especial durante esta crisis sanitaria ya que ella no calificó para el Ingreso Familair de Emergencia 2.0 ni menos se ha inscrito en el Registro Social de Hogares, está sobreviviendo agudizando su endeudamiento con las distintas líneas de créditos y hoy el gobierno le propone más endeudamiento mediante un “IFE plus” que es rechazado por las familias de clase media.

La clase media emprendedora también está en aprietos, si accedió al Fogape este le dio un crédito de un mes, pero la crisis va a durar más de seis meses y otros miles fueron rechazados por la banca y están al borde la quiebra.

Esa hetereogénea clase media está hoy en la orfandad ante la ausencia de apoyos fiscales y respalda mayoritariamente el retiro del 10% de los ahorros previsionales lo que significó la más fuerte derrota política del piñerismo y abrió una fuerte crisis de gobernabilidad en la coalición derechista.

Abrió un nuevo debate sobre el futuro del sistema de pensiones, errando en pedirle a la derecha que defendiera la capitalización individual y las AFP’s, que es una de las instituciones con mayor desconfianza ciudadana –apenas 9% confía en ella según encuesta de Mori de junio-.

Cuando un 90% de los cotizantes tiene un ahorro individual inferior a $30 millones es claro que el sistema de pensiones generará pensiones miserables lo que explica su bajo apoyo social y pareciera que sólo funciona para el 2% de los chilenos/as que tiene ahorros superiores a $100 millones en su cuenta individual más los ahorros de la APV. La capitalización individual sólo le es favorable al 2% de los cotizantes por lo cual la apuesta política del Ministro de Hacienda está condenada al fracaso político.

Su última ratio ha sido descalificar a la oposición por “populista” o sea defender a los desamparados, a los que luchan por sobrevivir ante los efectos de la pandemia es caricaturizada por el Ministro de Hacienda. Y ahora agregó que esta iniciativa previsional es “violar el acuerdo constitucional de noviembre” lo que es claramente falaz e irresponsable.

Malas señales -producto del nerviosismo y la impericia política- está dando un Ministro de Hacienda que debe ser capaz de convocar a distintos actores sociales y políticos para empezar la recuperación de la economía -hoy agobiada por el alto desempleo y altos Imace- post pandemia.

Parece que esa compleja misión le está quedando grande a un Ministro de Hacienda que está haciendo agua por su incapacidad de persuadir y convencer a los demás y sólo está recurriendo a la arrogancia.
Mala señal.