Oh I'm just counting

Editorial: Otra vez la incapacidad gubernamental de dialogar

Las tareas de Estado requieren autoridades capaces de dialogar, articular y movilizar a diversos actores sociales e instituciones con un objetivo común, ese el nuevo modo de gobernar en democracia.
 
El éxito del plan de vacunación ha radicado en esa capacidad de movilizar a los distintos actores de la red pública de salud como profesionales y funcionarios de la Salud Primaria, Municipios, MINSAL, Universidades para el período de experimentación y la capacidad del gobierno para comprar distintas vacunas; eso generó confianza en la población objetivo que acudió a vacunarse a los distintos centros de atención que definieron los municipios –responsables de la salud primaria- 
 
A pesar de las dificultades iniciales, la desigual en la vacunación donde algunas comunas populares como Lampa, Quilicura muestran bajos niveles de vacunación o los riesgos de pérdida de stock, hay un proceso que se está implementando por la vía del diálogo y la coordinación institucional.
 
Todo lo contrario, se observa con el proceso para el desarrollo del año escolar 2021 donde el Gobierno decidió atacar destempladamente a los profesores, vía ministro de Economía quién acuso a los docentes de “no querer ir a trabajar” y que el gremio docente “busca la quinta pata del gasto para postergar inicio de clases presenciales”.
 
Este ataque del ministro de Economía es revelador de la incapacidad de la élite gubernamental de observar que en el 2020 los docentes y las familias hicieron un tremendo esfuerzo con un año escolar telemático en pandemia. Invisibilizar el trabajo docente que desarrollaron el año pasado aprendiendo e innovando con clases vía nuevas plataformas tecnológicas, el apoyo –más allá del horario escolar- pedagógico y psicológico dado al alumnado, la producción y distribución de materiales de aprendizaje en aquellas comunas con mala o nula conectividad digital, el apoyo para la distribución del programa de alimentación escolar de la Junaeb son algunas de las tareas que desarrollaron los profesores en el  2020 y que significó para la mayoría mucho más pega que antes.
 
Eso no lo ve el Gobierno ni lo valora, revelando un desprecio social por el profesorado que no ayuda a crear esas confianzas sociales básicas para tener un mejor año escolar. Es insólito ver en un Ministro de Estado tanto desprecio y ninguneo a la labor docente y formativa.
 
Volver a clases presenciales es una urgencia en especial para niñas y niños de familias vulnerables que producto de la brecha digital tuvieron menos aprendizajes por la pandemia. Pero eso debe realizarse en condiciones de seguridad sanitaria que de confianza a las comunidades educativas y en especial a las familias.     
 
Este criterio también lo comparten los municipios –que aún es el principal administrador de la educación pública- que ha sostenido que las clases presenciales deben iniciarse post proceso de vacunación en los trabajadores de la educación, que los recintos educacionales estén adaptados al distanciamiento físico con menos alumnos por salas y que exista consulta a las familias.
 
Diversos expertos y organizaciones educacionales han recomendado -hace semanas- “desarrollar un proceso pedagógico para un escenario de retorno a clases de manera híbrida, con clases remotas y presenciales, de modo de respetar las medidas sanitarias y prevenir contagios”. O sea, el año escolar será mixto, combinando clases presenciales y telemáticas.
Pero lamentablemente al Mineduc pareciera solo interesarle presionar a los actores educativos para que desde 1º de marzo se inicien clases presenciales.
 
Esta lógica impositiva del Mineduc genera un cuadro de tensión y polémica que ayuda poco a tener un año escolar con mejores aprendizajes y donde el sistema educativo debe hacerse cargo de revertir las brechas educativas del año pasado. Pareciera que Mineduc se mueve por una lógica taylorista fracasada en todos los sistemas educativos del mundo desarrollado y no quiere transitar hacia un sistema de toma de decisiones más descentralizada donde las comunidades educativas –familia, profesores, directivos- más los municipios o servicios locales de educación según corresponda, definan la modalidad mixta –cuantos días presenciales y cuantos días telemático- en que funcionaran los colegios públicos y subvencionados en este año escolar 2021. 

Esta incapacidad del Mineduc ha generado tensiones innecesarias para un año escolar complejo y demuestra que la tarea de producir calidad y equidad educacional está distante, producto de esta mala gestión gubernamental.