Oh I'm just counting

El truncado anhelo del desarrollo de nuestro país. Por Carlos Gardel Berríos. Analista de Sistemas, Concejal

En mi juventud y participación en el plebiscito del año 88, la posterior llegada de la Democracia en nuestro país, soñábamos con una nueva sociedad, en esos años siempre se comparó a Chile con aspirar a un nivel de desarrollo a países emergentes como Nueva Zelanda o Australia, es más, introducimos el Kiwi como fruta que exportaba el país insular.
 
En la década de los 90 Chile crecía cerca del 7% anual, la bonanza económica hizo que El Mercurio a fines de la década acuñara el término de “Chile es el Jaguar de américa latina”, en comparación con la pujantes economías de Asía (Corea del Sur, Hong Kong, Singapur) a los que se le llamaban los “Tigres Asiáticos”. Casi 22 años después, nos hemos dado cuenta que solo somos gatitos.
 
Ese anhelo de desarrollo era visto como un mejoramiento en la calidad de vida de toda la ciudadanía, un país rico, pujante, que desarrollaría la Industria, no solo exportar materias primas, un desarrollo tecnológico, y por ende se mejoraría la Salud, la Educación, los servicios, e incluso la política misma. Eso nos decían los números macroeconómicos.
 
Esa aspiración de nuestra sociedad de alcanzar el desarrollo y la confianza puesta en los datos favorable de nuestra economía lo hacía presagiar, sin embargo, cualquier intento en esa dirección, siempre había un “pero”, las crisis económicas externas, las catástrofes, el aumento del petróleo o la baja del valor del Cobre, era muchas veces los argumentos dado por políticos o economistas, siempre hubo un sector de grandes empresarios que le redactaban por escrito a políticos, las leyes que posteriormente debían votarse en el parlamento, así se fue diluyendo ese pensamiento.
 
Un día la ciudadanía se sintió engañada, la Derecha política de nuestro país no tan solo fue la culpable, sin la complicidad de sectores liberales al interior de los partidos de centro izquierda, que profundizaba cada vez más la política neoliberal, cuando la ciudadanía se cansó, eligió a los oponentes de La Concertación, no porque fueran mejores, sino por la habilidad de enrostrar a quienes habían gobernado la incapacidad de realizar reformas que nos pudieran llevar a tan anhelado desarrollo.
 
En el primer Gobierno del Presidente Piñera comenzó un proceso de despertar, las movilizaciones por un acceso igualitario a la Educación fue el bastión de muchos que pensamos que es una forma de muchas familias de romper con el ciclo de la pobreza, se empezó de nuevo a soñar, en el segundo Gobierno de la Presidenta Bachelet, se terminó con el sistema binominal, las personas comenzaron a comprender que había que provocar ciertos cambios para que existan verdaderos representantes de la gente en el parlamento, de sectores políticos diversos, algunos que durante décadas habían estado excluido de la discusión parlamentaria, de pueblos originarios, de los diferentes sectores de nuestra sociedad.
 
Con el segundo Gobierno de la Presidenta Bachelet o de la nueva mayoría, no cabe dudas que fue unos de los que buscó mediante reformas que muchos hoy se arrepienten de no haberlas aprobado o ni siquiera haberlas discutido.
Hasta que llegamos al 18 de Octubre, en dónde nuestro estudiantes nuevamente nos hizo despertar con un nuevo Chile, que todo es posible.
Pero todo lo expuesto anteriormente es para exponer que es, ese llamado desarrollo?. Y no es que quiera ser simplista, pero para alcanzar ese anhelo se deben romper barreras, pero la barrera más importante es la del “egoísmo”.
 
Un sector de la política Chilena aún se siente dueña de fundo por el legado que le dejó la dictadura, provocar un cambio en la Constitución para ello es impensado, siempre se ha negado a reformar, mejorar, contribuir o a construir una mejor sociedad, algunos siempre están viendo una oportunidad de negocio con las necesidades de las personas. Mejor salud, váyase a una Clínica Privada; mejor Educación, váyase a una Privada; porque a un joven pobre no le alcanzará el puntaje?, la respuesta es porque no tuvo una buena base educacional, porque fue una escuela pública; y muchos dirán, y eso que tiene que ver?, no son los mismo recursos de una Escuela en Las Condes que otra en Lo Espejo.
 
Han estrujado al máximo al ciudadano, y se ha resentido en sus ingresos, sobre todo en los sectores más humildes, solo recordar que antes no pagabas los estacionamientos en los Mall, Clínicas o Farmacias, sin embargo se hizo una ley para que ahora pagues; si necesitas operarte, debes hacer un bingo con el apoyo de los vecinos y familiares para salvar tu vida, sino te mueres esperando, y así suma y sigue, acaso todo esto no se resuelve con una visión un poco más solidaria, en donde se debe mejorar los hospitales para que mejore la salud y los accesos a ésta de forma oportuna, no se debe entregar una mejor enseñanza en mejores escuelas para que tengamos mejores niños y jóvenes, con valores de buen convivir.
No debemos distribuir mejor los ingresos de los municipios para que existan mejores barrios, no es mejor que nuestros jóvenes tengan acceso a una educación superior para ir mejorando la sociedad y tener nuestro propio desarrollo científico, no es mejor tener mejores pensiones y que nuestros adultos mayores disfruten de su vejez después de toda una vida de trabajo, podríamos seguir enumerando diferentes temas, pero todo está relegado a quienes tienen los recursos, la pobreza no es solo del que no tiene, sino de la forma “egoísta” de pensar, ahí está la real pobreza de Chile, y así nos demostró la Pandemia. Ahora vemos como Australía y Nueva Zelanda, con su nivel de Desarrollo enfrentó la pandemia, ahora está la oportunidad nuevamente de pensar en un nuevo Chile, ese que anhelamos, el Chile Desarrollado, que innova, que tengamos un desarrollo sostenible y sustentable, que todos construyamos, con un verdadero acuerdo y con un nuevo pacto social.
 
Debemos ahora pasar a un estado de conciencia superior, ese es el verdadero Desarrollo, que con una nueva Constitución, SI, lo alcanzaremos, por supuesto, esa es la idea, estamos ad porta de poder lograr ese primer paso, ahora por primera vez, dependemos de nosotros mismos y que nadie más trunque ese sueño anhelado, y poder alcanzar un verdadero Desarrollo de nuestro país.
 
Ahora la responsabilidad es de todos, ya no vamos a poder echarle la culpa a otros.
En sus manos nos encomendamos, en Aprobar el 25 de Octubre, está nuevamente nuestra esperanza.