Lastrado por condiciones macroeconómicas desfavorables y por la retirada masiva de aparatos respiratorios defectuosos para la apnea del sueño, el grupo neerlandés Philips anuncia despidos masivos en todo el mundo.
La empresa, que emplea a casi 80.000 personas, registró en el tercer trimestre una pérdida neta de 1.300 millones de euros (cifra similar en dólares) debida a las máquinas defectuosas.
Philips no "estuvo a la altura" de las expectativas en los últimos años, reconoció ante los periodistas su nuevo director general, Roy Jakobs. "Nos enfrentamos a múltiples desafíos", admitió, al compartir unos resultados "decepcionantes" en el tercer trimestre de 2022.
Así las cosas, Jakobs informó de la "decisión difícil pero necesaria de reducir inmediatamente nuestra fuerza de trabajo en unos 4.000 puestos en todo el mundo".
El grupo prevé destinar unos 300 millones de euros en los próximos trimestres a las labores de restructuración, pero estima que la reorganización podría generar un ahorro equivalente cada año.
"El rendimiento de Philips en [el último] trimestre se vio impactado por desafíos operativos y de abastecimiento, la presión inflacionaria, la situación del covid en China y la guerra ruso-ucraniana", subrayó el grupo en un comunicado.
La empresa registró una bajada de las ventas del 5 % respecto al mismo periodo del año anterior, a 4.300 millones de euros.
Philips también ajustó su resultado operacional (Ebitda) a 209 millones de euros, es decir, un 4,8 % de la facturación, en comparación con los 512 millones de euros (el 12,3 % de las ventas) del mismo periodo del año anterior.
La empresa, radicada en Ámsterdam, retiró en junio del año pasado unos aparatos respiratorios, tras advertir que los usuarios corrían el riesgo de inhalar o tragarse fragmentos de una espuma insonorizante tóxica susceptible de provocar irritaciones y dolor de cabeza. Philips también mencionó un "potencial" riesgo de cáncer a largo plazo.