Oh I'm just counting

Especial: Cómo recuperar el deseo sexual en pareja perdido con la pandemia

Por Jackie Mercado

El covid-19  nos ha confinado, nos ha hecho sentir vulnerables y ha reducido la actividad sexual. ¿Cómo mantenemos las ganas de sexo? Nos queda poco para tener un aniversario nada agradable, la llegada de la pandemia. Durante todos estos meses han cambiado muchas cosas en nuestras vidas y la sexualidad ha podido ser una de ellas.

 Las ganas o la motivación por generar o mantener encuentros eróticos lo que se suele conocer por relaciones sexuales, con nuestra pareja o con otras personas, ha sido afectado en buena medida.
Para empezar, como seguramente ya sepas, al deseo erótico, ya de normal, le influyen multitud de factores como el cansancio, los problemas de pareja, el estrés, la ingesta de algún medicamento o la ansiedad. Si a todo ello hay que añadirle los cambios bruscos en nuestro día a día que nos ha provocado la pandemia, con su confinamiento y restricciones, la cosa no pinta bien.

Es una realidad que todo ello afecta de forma negativa. Se escuchan frases como "ya no es lo mismo que antes", "la piel se me ha acostumbrado y no se eriza igual", "¿es normal tener menos deseo bajo la pandemia?" o "¿no debería ser lo contrario? Tenemos más tiempo para nosotros".
Resulta que pasar más tiempo en pareja o en familia debido a la imposibilidad de salir, acompañado de los cambios en nuestras rutinas diarias derivados del estado de alarma, tiene este claro efecto. El deseo va muchas veces aparejado a lo misterioso, lo impredecible, lo inusual e incluso lo que es peligroso. En pandemia, con nuestra vida regulada al milímetro, queda poco espacio para la improvisación.
Entonces, aunque las dificultades o los cambios que puedan producirse en el deseo erótico, tanto a nivel individual como en pareja, deben ser estudiados y abordados de forma concreta en cada caso,  queremos dar algunas claves que pueden servir de ayuda:

El deseo es muy voluble: Debemos saber que el deseo no suele mantenerse estable a lo largo del tiempo. Podremos observar en nosotros o en nuestra pareja que el deseo pasa por diferentes épocas y aumenta o disminuye según el momento y las situaciones del día a día.

Cultivar el deseo: Al contrario de lo que solemos pensar, el deseo erótico no suele surgir de forma espontánea, sobre todo, en relaciones largas y en la rutina diaria. Jugar con la pareja, hacerla saber que la deseas y provocar situaciones que favorezcan un acercamiento más íntimo puede ser algo muy satisfactorio y ¿por qué no?… el comienzo de algo más.

Cuidar el atractivo: Tal vez estemos teletrabajando o no podamos salir tanto como lo hacíamos antes. Aunque parezca que para estar en casa no debemos cuidar mucho nuestro físico, nada más lejos de la realidad. No debemos descuidar nuestro atractivo, nuestra higiene y esos pequeños detalles que pueden atraer a nuestra pareja y que pueden hacer que nos veamos mejor. Esto será fundamental para el deseo.

La importancia de la intimidad: La intimidad es esencial en las relaciones y no sólo está presente en el momento de mantener relaciones eróticas (coito, masturbación…). La intimidad es un concepto mucho más amplio que debe cultivarse “más allá de la cama”.
Una buena conversación, compartir tiempo viendo una serie o disfrutar de una buena cena en pareja pueden contribuir a mejorar la intimidad y a generar situaciones con carga erótica.

La privacidad: Aunque pasemos mucho tiempo en pareja, debemos buscar algunos momentos para estar en soledad. Hacer cosas que nos agraden a nosotros o nosotras sin implicar necesariamente a la pareja. Echar de menos también puede ser un buen aliado.

 Sal de tu marco: Mucha gente podría pensar, pudiendo estar en casa, ¿para que irnos a pasar la noche a otro lado?. Mejor hacer  algo que avive el deseo. Ir a un hotel por la noche, dedicar una tarde tirados en un espacio natural o ir a un autocine la pandemia los ha traído de nuevo, algo bueno tenía que haber son algunas cosas que le pueden dar magia al asunto.

Más allá de los genitales: Tener relaciones eróticas con otra persona no implica necesariamente que tenga que haber coito o incluso que los genitales estén presentes. Aprender a disfrutar de todo nuestro cuerpo y de la situación que estemos viviendo puede disminuir la presión por tener que "rendir". Disfruta de los besos, las caricias, del sentirte deseado/a…

Cantidad vs. Calidad: En ocasiones, podemos fijarnos únicamente en el número de veces que mantenemos relaciones eróticas con nuestra pareja. Quizá es el momento de centrarnos más en la calidad de las relaciones y no tanto en la cantidad y con ello entender que todo cuenta, no sólo los coitos o los orgasmos. Las caricias, los besos y las conductas que van más allá de los genitales también pertenecen al terreno de la erótica.

En definitiva, es importante entender que el deseo puede variar por muchos factores, que no suele ser estable a lo largo del tiempo y que incluye muchas más conductas eróticas además del coito. Alimentarlo y, además, ampliar nuestro catálogo puede ayudarnos a favorecer nuestro
deseo y el de nuestra pareja.

Si a pesar de todo, sigues con dificultades, recuerda que cada caso y cada relación es un mundo. No es lo mismo una pareja heterosexual que una homosexual, ni una monógama que una que no lo es. Intenta vivir tu vida sin atender a los juicios de los demás y piensa en lo que  viene bien a nosotros y nosotras, sólo así mantenemos  encendida la llama.