Oh I'm just counting

Especial: La marihuana se consume desde hace 2.500 años

Por New York Times
Resulta que un vínculo entre la marihuana y los muertos se ha establecido mucho antes de la década de los sesenta y mucho más allá de cierto lugar donde se presentan bandas jóvenes en San Francisco.

Los investigadores han identificado cepas de cannabis quemadas en rituales de entierro desde el año 500 a. C., en las profundidades de la cordillera del Pamir en el oeste de China, de acuerdo con un nuevo estudio publicado el 12 de junio. Los residuos tenían rastros químicos que indican altos niveles de tetrahidrocannabinol (THC), el compuesto más psicoactivo, o psicotrópico, de la planta.

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Claro que no.

“Las perspectivas modernas sobre el cannabis varían mucho entre culturas, pero está claro que la planta tiene un largo historial de consumo humano, medicinal, ritual y recreativo a lo largo de miles de años”, dijo Robert Spengler, arqueobotánico del Instituto Max Planck para la Ciencia de la Historia Humana en Jena, Alemania, quien trabajó en el estudio.

Los tallos y las semillas del cannabis se habían hallado antes en un puñado de sitios de entierro en toda Eurasia, pero las pruebas en el cementerio de Pamir, verificadas con tecnología científica avanzada, muestran una conexión incluso más directa entre la planta y estos primeros rituales. Los nuevos hallazgos amplían el rango geográfico del consumo del cannabis dentro de la región de Asia central, dijo Mark Merlin, profesor de Botánica en la Universidad de Hawái en Manoa, que no participó en la investigación.

“El hecho de que se haya documentado la presencia de residuos fuertemente psicoactivos en las pruebas de laboratorio es la clave del nuevo hallazgo”, comentó Merlin, un historiador del cannabis. Propuso la hipótesis de que “se usaba para facilitar la comunicación del cuerpo con la otra vida, el mundo espiritual”.

El estudio fue publicado en la revista Science Advances. El equipo de investigación incluyó a arqueólogos y químicos de la Academia China de Ciencias y la Academia China de Ciencias Sociales en Pekín.

Hasta ahora se han recuperado alrededor de setenta artefactos del sitio de entierro en Pamir, entre ellos cuentas de cristal, arpas, piezas de seda, y platos y tazones de madera. Las perforaciones y los cortes en algunos cráneos y huesos podrían sugerir sacrificios humanos.

“Podemos comenzar a reunir una imagen de ritos funerarios que incluían llamas, música rítmica y humo alucinógeno, todo con la intención de guiar a la gente a través de un estado mental alterado”, escribieron los autores en el estudio.

Los dolientes de la antigüedad al parecer creaban el humo colocando piedras calientes en braseros de madera —receptáculos para los objetos en llamas— y agregaban plantas de cannabis, escribieron los investigadores. Los residuos se encontraron en el interior de diez braseros y en rocas exhumadas de ocho tumbas en el cementerio de Jirzankal, de 2500 años de antigüedad.

Aunque se han encontrado semillas de cannabis en algunos sitios más, aquí no se han hallado ese tipo de semillas. Los arqueobotanistas proponen la teoría de que las semillas ya se habían retirado y desechado o que los dolientes eligieron deliberadamente las partes de la planta que no florecen, como los tallos, para los rituales.

Otra posibilidad, dijeron, es que los comerciantes quizá hayan causado sin quererlo un proceso de hibridación mientras trasladaban las plantas a lo largo de la Ruta de la Seda a través de los altos desfiladeros de las montañas remotas de la cordillera del Pamir, que conectaba las regiones de lo que ahora se conoce como China, Tayikistán y Afganistán.

Las tumbas variaban en tamaño y número de cuerpos, por lo que los investigadores se preguntaban si el uso ritual del cannabis para los entierros se había transmitido a las personas comunes después de haber sido una práctica exclusiva de los líderes y los sacerdotes de las tribus.

Estas tumbas tienen una apariencia distintiva, señalaron los investigadores. Están separadas por filas de piedras blancas y negras, cuyo propósito se desconoce. Los entierros individuales están dentro de montículos redondos, marcados adicionalmente con piedras.

A mediados del siglo XX, los investigadores hallaron artefactos en un sitio de entierro congelado que al parecer se ajusta al recuento de Heródoto, en la región montañosa de Altái en Rusia, cerca de la frontera entre Siberia y Mongolia. Cerca de los cuerpos se encontraba un bolso con forro de piel que contenía semillas de cannabis, un caldero de bronce lleno de piedras y el marco de lo que parece ser una carpa de inhalación.

Merlin dijo que el cementerio de Pamir, junto con otros sitios de entierro relativamente contemporáneos en otras partes de la provincia de Xinjiang, refuerzan una narrativa sorprendente acerca de la manera en que las culturas locales usaban el cannabis en ritos. Al norte del cementerio de Pamir y aproximadamente del mismo periodo, otros investigadores identificaron un contenedor con alrededor de un kilogramo de cannabis troceado al lado de la cabeza de un cuerpo que se cree que pertenecía a un chamán, supuestamente para hacer preparaciones herbales en la otra vida.
 
En otra tumba, también de hace casi 2400 a 2800 años, en el desierto árido de Xinjiang, los investigadores hace poco descubrieron a un hombre de alrededor de 1,80 metros de estatura sepultado con “trece plantas de cannabis reunidas en su base y extendidas en su pecho como un ramo de rosas”, dijo Merlin. El hallazgo también se ha descrito como un “velo de cannabis”.