Se supone, que nada debiera dar más garantías que las promesas o compromisos de un Estado, tanto en el contexto internacional y más aún en el contexto nacional.
Sin embargo, más de 3.000 pobladores de la localidad de Aldea Campesina, en la Comuna de Talca, Región del Maule, ya no creen en el Estado.
Todo se remonta a 40 años atrás, donde esta localidad clamaba por soluciones a los problemas que eran similares a todas aquellas localidades de la Región, agua potable, alcantarillado, una posta, pavimentación de calles, más seguridad,
locomoción, etc.
Pero, llegó un día, en que se planteó la modificación del plano regulador de Talca, lo que hizo pensar a los pobladores que
ahora, al estar dentro de la zona urbana su suerte cambiaría, sin embargo, a poco andar se dieron cuenta de que esta modificación tenía como único fin, evitar llevar a cabo un Estudio de Impacto Ambiental (EIA) para el proyecto “Una Cárcel”, por lo que rápidamente se organizaron para manifestar su rechazo a este tipo de proyecto.
Las autoridades de la época propusieron llevar a cabo un plebiscito para consultar a la comunidad, el que dio una amplia mayoría a la opción del “rechazo” a la cárcel, mas de 83% de los votos en contra. Y ahí fue donde los vecinos fueron testigos de una procesión de autoridades de la época, seremis, alcalde, Intendente, Directores de Servicio, entre otros quienes fueron a hablar, a nombre del Estado, de los beneficios que traería la cárcel más moderna de Sudamérica al
sector.
Les prometieron la ampliación de la red de agua potable, la instalación de alcantarillado, de iluminación y pavimentación de las calles, que en inverno se inundaban de lodo y en verano se alzaban en polvo que llegaba hasta lo más profundo de sus hogares, también en el “pack” venía un jardín infantil, una posta y resguardo policial por todas aquellas externalidades negativas propias de un recinto penal. Y los vecinos, resignados quedaron a la espera de estas obras que
vendrían a mitigar los perjuicios de la instalación de este penal. No obstante, nada de esto se concretó y hoy, a días de haberse inaugurado la cárcel las promesas siguen incumplidas.
Afortunadamente, la senadora Ximena Rincón, se reunió con los vecinos y le hizo llegar, el día antes de la inauguración, un oficio al Presidente de la República, quien luego de la ceremonia de inauguración se detuvo a hablar con los vecinos, que se manifestaban pacíficamente desde las 8:00 a.m. cerca de las 13:30 la comitiva se
detuvo ante los pacientes vecinos, quienes no quemaron un neumático, no derribaron árboles, ni arrojaron tomates, sino que haciendo gala de su dignidad esperaron para poder plantear su desazón por las promesas incumplidas del Estado.
El presidente comprometió instruir a las autoridades locales, especialmente el delegado presidencial, que dicho sea de paso prometió un retén móvil permanente en el sector desde la primera semana de Diciembre de 2024, lo que aún no se concreta, para avanzar en los proyectos necesarios para el sector.
No obstante, los vecinos quedarán nuevamente a merced de las autoridades venideras, ya que los proyectos prometidos deberán buscar financiamiento después de las próximas elecciones. Esperemos que no sean más “dipironas” a la
comunidad y no se siga abusando de la humildad y buena disposición de los vecinos de Aldea Campesina.
¡Se requiere un Estado que cumpla sus promesas!