Después de 30 años de militancia, el exsenador Eugenio Tuma presentó su renuncia al Partido por la Democracia (PPD) criticando el "apresurado" apoyo de la colectividad al candidato presidencial de Apruebo Dignidad, Gabriel Boric, quien enfrentará a José Antonio Kast, en la segunda vuelta del 19 de diciembre.
La presidenta del PPD, Natalia Piergentili, le entregó su respaldo a Boric "sin negociaciones" apenas horas después de que la abanderada de Nuevo Pacto Social, Yasna Provoste, asumiese su derrota en los comicios.
Posteriormente, fue el secretario general del partido, José Toro, quien confirmó que el apoyo es "sin condiciones y sin mediar negociación alguna. No podemos cometer el error de otras fuerzas políticas de no apoyar al candidato presidencial cuando está en riesgo la democracia, la libertad y los derechos humanos".
La decisión no cayó bien a Tuma, quien recientemente perdió las elecciones a la gobernación regional en La Araucanía. Anteriormente fue diputado entre 1994 y 2010 y luego senador desde 2010 hasta el 2018.
A través de un comunicado, el exparlamentario indicó que “hoy, después de treinta años de militancia, presenté mi renuncia al PPD luego de haber sido por largo tiempo su representante en el parlamento, de lo cual me siento agradecido".
"La noche de las elecciones corrieron para expresar su apoyo a la opción de extrema izquierda de manera incondicional, presionados por el chantaje de la amenaza del otro polo que podría llegar a La Moneda. Ni (el candidato republicano, José Antonio) Kast, que encarna al dictador y su modelo de mercado, ni Boric tolerando el vandalismo y la violencia, constituyen una solución a las demandas de la población", añadió.
El otrora legislador advirtió que “los resultados electorales del domingo nos muestran un país encajonado entre dos extremos de ultra derecha y de la ultra izquierda, desapareciendo el centro político que impide a los ciudadanos elegir una opción sensata, distante de los polos ideológicos y con el sentido común de los chilenos, los partidos de centro izquierda o lo que queda de ellos”.
"Hoy cualquier camino es malo para la democracia, para Chile y para su gente. Los partidos y coaliciones que gobernaron desde los 90 a la fecha pueden estar orgullosos de los notables avances logrados en los indicadores como el de disminuir la pobreza del 52% al 10,6%, el aumento de la cobertura de agua potable rural del 48% al 94%, el aumento en el gasto en salud del 1,7% del PIB al 4,9%, en educación del 2,3% al 5,4%, por citar algunos”, agregó.
Además, aseguró que “también debemos sentir vergüenza por la incapacidad de ofrecer un sistema de Seguridad Social que garantice pensiones dignas, por no garantizar la seguridad de las personas frente a la violencia y la delincuencia, y por las interminables listas de espera en materia de salud o vivienda, entre otras legítimas demandas largamente insatisfechas”.
“Frente a esta realidad, debemos prepararnos en fortalecer la formación de una fuerza política que llene el vacío de la centro izquierda en un mediano plazo con una propuesta sensata, viable, realista, transversal, y menos ideológica, que promueva los cambios sin violencia y con justicia social. El temor al triunfo de la derecha no significa que seamos nosotros los avales de fórmulas ya fracasadas sin excepción en otros lugares del mundo”, sentenció.