Este domingo se informó el fallecimiento de Abel Alonso Sopelana, reconocido dirigente deportivo y empresario, a los 89 años de edad.

Tras su llegada al país en 1951, a los 15 años de edad y escapando de la Guerra Civil Española, Alonso Sopelana dejó una huella significativa en el fútbol chileno como figura clave en la Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP) y el club Unión Española.

Sus funerales se llevarán a cabo el próximo martes 3 de septiembre, en las dependencias del Parque del Recuerdo, Región Metropolitana.

Presidió el club Unión Española entre 1970 y 1978, sucediendo a Francisco Fluxá.

Bajo su liderazgo, el equipo vivió su “época de oro” y logró obtener tres campeonatos y tres subcampeonatos; entre estos últimos, el de la Copa Libertadores de América.

Posteriormente, asumió presidencia de la Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP) en dos períodos: de 1979 a 1982 y de 1989 a 1993.

Durante su primer mandato, Chile logró clasificar al Mundial de España 1982, y en su segunda gestión, organizó la 35° edición de la Copa América en 1991, en la que la selección nacional consiguió el tercer lugar.

En 2016, fue parte de un reportaje de 24 Horas en el que se mostró crítico con la gestión actual del fútbol local y llegó a afirmar que “el problema del fútbol chileno no lo va a arreglar nadie mientras hayan huevones dirigiendo”.

Además de su faceta como dirigente deportivo, Alonso Sopelana dejó huella en el mercado empresarial de Chile, especialmente en la industria del calzado.

Comenzó su carrera como empaquetador en la tienda de zapatos Mingo. Posteriormente, fundó su propia fábrica de calzado, Lancaster, y la conocida marca Gino, que rápidamente se expandió a lo largo del país.

Con el tiempo, desarrolló otras marcas, como Pluma y Pollini, consolidándose como uno de los principales productores de calzado del país.

En años recientes, también incursionó en la industria del aceite de oliva.