Se pasaron por alto la orden de no reunir a más de 50 personas y ahora esa irresponsabilidad está teniendo devastadoras consecuencias. Se trata de una pareja de la ciudad de Millinocket, en el estado de Maine, en Estados Unidos, que decidió casarse el pasado 7 de agosto, reuniendo a unas 65 personas en una iglesia cerrada y luego en una fiesta en idénticas condiciones, a pesar de las restricciones sanitarias por la pandemia.
Tan nefastas han sido las consecuencias de la celebración, que las autoridades ya han logrado cifrar en siete las personas fallecidas relacionadas con esta boda, todas contagiadas de coronavirus.
Lo peor es que ninguno de los fallecidos asistió al evento, pero los invitados sí han transmitido el virus, generando indirectamente estos fallecimientos. Las autoridades hicieron la trazabilidad y determinaron que el virus fue contagiado en la fiesta y luego se propagó a otras personas.
Según el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de Maine, la boda y su posterior recepción están relacionadas con 176 casos confirmados de Covid-19, dijo en un comunicado el portavoz de la agencia, Robert Long.
Los funcionarios de salud pública de Maine han rastreado los brotes originados en la boda, incluso en la cárcel del condado de York y un centro de rehabilitación de Madison, después de que un miembro del personal de cada uno de estos lugares asistiera al evento, recoge La Tercera.
Solo en el edificio que alberga la cárcel del condado de York, se han confirmado 80 casos. Otras 39 personas dieron positivo en un asilo de ancianos, el Centro de Vida y Rehabilitación Maplecrest en Madison, incluidos 24 residentes y 15 miembros del personal.
Seis de las siete muertes documentadas relacionadas con la boda han ocurrido en este hogar de ancianos, quienes no fueron parte de la fatal celebración.