Oh I'm just counting

Gracias Yasna. Por Reinaldo Sapag, economista y Presidente Corporación Cardenal del Pueblo

El año pasado escribí un artículo que titulé: “El precio de la incapacidad de gobernar”. Ahí  expresé: “Cuando recién se empezó a discutir la posibilidad de que un 10% del ahorro previsional se pudiese retirar de las AFP,  me pareció una mala idea. 
 
Había  que pensar en el futuro sobre la base de la lógica que se nos enseñaba en la Escuela de Economía de la Universidad de Chile: ahorro presente para el bienestar futuro.
Sin embargo a medida que fueron pasando los días y al constatar los estragos que la pandemia ha generado en la clase media y en los estratos más vulnerables de la población,  ha quedado claramente de manifiesto la incapacidad política del gobierno de liderar con eficacia su deber de gobernar, frente a eso, he cambiado de opinión.
 
Tal como  se han dado los hechos de angustia y terrible necesidad de millones de chilenos se cumplen a cabalidad  las enseñanzas del querido y recordado Cardenal Silva cuando nos predicaba que "los pobres no pueden esperar". El gobierno no fue capaz de generar condiciones  humanas y sociales de resolver con eficacia y en  la oportunidad requerida el drama de los más pobres.
 
Era más importante mantener el dogmatismo de un modelo de pensiones fracasado que la miseria en que se debaten tantos   chilenos  desamparados. Sí, efectivamente como nos enseñaba el Cardenal Silva, los pobres no pueden esperar”.
 
Después de aprobado el primer retiro, el Gobierno siguió demostrando su incapacidad de gobernar, por lo que la presión ciudadana logró un segundo y ahora un tercer retiro de sus fondos previsionales en las AFP. De este modo se ha logrado destruir definitivamente un sistema desprestigiado por su incapacidad de lograr una pensión que les permita a los jubilados tener una vejez tranquila.
 
Este tercer retiro le significó al gobierno de Piñera que una inmensa mayoría de los  chilenos desaprueba su gestión, pero además esta desaprobación alcanzó a todos los partidos  de la coalición gobernante y finalmente al propio Tribunal Constitucional.
 
Ante el caos reinante aparece la figura de la Presidenta del Senado Yasna Provoste, quien con prudencia y verdadero sentido de la realidad, fue capaz de lograr un acuerdo que parecía lejano.
 
Fue realmente un manejo político de enorme significación ciudadana.
 
Yasna, lejos de jactarse de su éxito, o mostrar una actitud de revanchismo ante una derecha que injustamente la destituyó como Ministro de Educación, con mesura y pensando en Chile declara que ha llegado el momento de trabajar un gran acuerdo nacional que permita darle al país la gobernabilidad perdida y lograr la ansiada paz social.
 
¡Que ejemplo de humildad en momento de su mayor triunfo político!. Clama por la paz y la gobernabilidad valores indiscutible del alma de Chile en el momento actual. La misma “Alma de Chile” que nos predicara el querido y recordado cardenal Raúl Silva Henríquez cuando nos decía que la paz social es una condición indudable de justicia social hoy inexistente en el Chile del  neoliberalismo.
 
Gracias Yasna por lo que has hecho, demostrando tu gran vocación por el servicio público.
 
Nos has hecho recordar algunas de las palabras que Radomiro Tomic legara a la Democracia Cristiana poco antes morir, cuando dijo: “La renuncia a sus responsabilidades por parte de los militantes de un partido es la forma más degradada y degradante de la acción política. El dirigente político, se aísla de la realidad por el cortejo de incondicionales que lo rodean. Las debilidades y  concupiscencias  propias de la condición humana son acrecentadas en el caso del líder carismático que cree estar elevado a la calidad de hombre del destino. Henchido de orgullo y vanidad, está más expuesto a cometer errores, y errores de mucho más grave consecuencias, que los del hombre común. El caudillo genera camarillas que lo ensalzan y que rápidamente lo llevan a no aceptar puntos de vista diferentes a los suyos y a considerar enemigos a quienes  no son incondicionales”.
 
Yasna en estos momentos en que tu liderazgo es reconocido por todo Chile, no renuncies nunca a tu responsabilidad política de entregarte por entera a lograr gobernabilidad y paz social.