Por Alfredo Peña
La ex corresponsal de La Tercera en Madrid habla de sus proyectos, su centenar de entrevistas a líderes políticos y de lo que califica de “ingrato episodio” que estuvo a punto de costarle su carrera hace un año.
La ex corresponsal de La Tercera en Madrid habla de sus proyectos, su centenar de entrevistas a líderes políticos y de lo que califica de “ingrato episodio” que estuvo a punto de costarle su carrera hace un año.
La periodista chilena Ximena Marín repasa con Cambio21 el error que hace un año casi le costó su carrera y comenta de algunas de sus entrevistas realizadas. Marín partió a estudiar periodismo a Madrid en 1985 para estar más cerca de Oriente Medio y especializarse en esta área. Antes de irse a España, ya había estado en Trípoli y Bengazi publicando en Análisis y Apsi (Chile). Como ya había abierto puertas en Libia, mientras estudiaba periodismo, viajó a Marruecos, Argelia, Omán e Irak. Ya titulada, fue a Siria y a Túnez. En todos estos países estuvo varias veces, convirtiéndose en una muy buena conocedora de esas realidades.
Tras varios años colaborando desde Madrid con prensa chilena, hace un año un episodio la metió de lleno en una polémica que estuvo a punto de sepultar su carrera: la publicación en La Tercera de una entrevista al ex Presidente de Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero que no había sido presencial, sino tomada de otras dos entrevistas del personaje aparecidas anteriormente en Madrid.
Atrás quedaba una carrera free lance en la que Marín se especializó en entrevistas a líderes políticos españoles, chilenos, latinoamericanos y árabes, como Muamar Gaddafi, Bashar Al Assad, Tarek Aziz, Saddy Maddy, Benjamin Nethanyahu, Alejandro Toledo, Fujimori, Hugo Banzer, Ricardo Lagos, Eduardo Frei (hijo), Patricio Aylwin, Isabel Allende Bussi, Hortensia Bussi, el General Guillermo Garín, el General Fernando Matthei, Michelle Bachelet, Carlos Altamirano, entre otras y otros.
Licenciada por la Facultad de Ciencias de la Información por la Universidad Complutense, Ximena de paso en Santiago recapitula para Cambio21 sus colaboraciones: “Mis trabajos se han publicado en prestigiosos medios españoles como las revistas Tiempo, Cambio 16, Perfiles, Mundo Obrero,MC (de Mario Conde, el político-banquero) y los diarios El Mundo, ABC, El Independiente. En Chile, La Época y La Tercera y las revistas Análisis, Apsi, Ercilla, alguna vez Cosas y el Mercurio.
¿Cómo califica su paso por La Tercera y el abrupto final de esa colaboración?
Mi paso por La Tercera me hizo sentir orgullosa de representar a un medio al cual yo respetaba antes de trabajar con ellos. Me esforcé para cumplirles, enviándoles un buen trabajo. Mis entrevistas gustaban, incluso la agencia EFE las citó. Querían entrevistas del descalabro político producido en España por el fin del bipartidismo y el nacimiento de dos partidos nuevos sin el estigma de la corrupción. Trabajé con ellos año y medio aproximadamente, pero la colaboración llegó a su fin bruscamente hace un año, la entrevista que envié de Rodríguez Zapatero, en la que por error omití indicar que no logré hacerla presencial, pero que estaba autorizada para utilizar partes de otra entrevista dada recientemente por él sobre el mismo tema, Venezuela.
¿Es habitual en usted enviar entrevistas sin hablar con el entrevistado?
¡De ninguna manera! He hecho en mi vida casi 100 entrevistas a diversos personajes. En esa ocasión cometí el error por el apremio de mi editor en Santiago y por estar autorizada para utilizar datos de otra entrevista por la propia oficina del señor Zapatero a la que llamé para solicitarla. No fue posible porque él había vuelto a Caracas y tampoco quería hablar por ninguna vía hasta que la situación sobre el dialogo venezolano –era mediador—lo tuviera más controlado, lo que finalmente no logró. Yo había intentado antes también ubicarlo cuando vino a votar desde Caracas a Madrid en el Congreso Federal del PSOE, que dio por ganador rotundamente a Pedro Sánchez, que no era su favorito. Votó y se retiró al momento tras conocer los resultados mientras el evento se desarrollaba.
¿Qué le pareció el artículo titulado “Las entrevistas que no debimos publicar” aparecido en La Tercera los días posteriores a la entrevista de Rodríguez Zapatero?
Quedé impactada porque además englobaron todo lo que les había enviado. No soy una periodista irresponsable, soy creativa, intuitiva, apasionada. Creo en el periodismo responsable y así lo he desarrollado toda mi vida en múltiples medios.
¿Cómo supo de esa publicación?
En Madrid aún estoy haciendo reformas en mi casa, me afectó la crisis económica, debí dar preferencia a mi hipoteca y mantención, lo que no me ha permitido conectarme a internet y tener allí mi oficina organizada. Trabajo sin embargo diariamente en mis actividades y voy a un café-internet cercano. El subeditor de entonces no me permitió hacer llegar mis explicaciones ante los lectores o ante la dirección del diario y se descargó conmigo, aunque fue él quien cambió el título de la entrevista que tanto molestó a Zapatero.
Fui tratada de lo peor, llegándose incluso a dudar de mi titularidad universitaria. Si se revisa el texto de ese artículo se podrá observar que no se me permitió hacer ningún comentario en mi defensa. Posteriormente estando en Chile leí las declaraciones de Paula Escobar, editora de revistas de El Mercurio cuando la entrevistaron sobre el tema de denuncias contra Abreu, publicadas en Sábado. Escobar habló en un programa de Canal 13 diciendo: ”Cuando se hace periodismo siempre se debe escuchar la voz de la persona acusada”. Abreu, tuvo esa oportunidad en la crónica de Sábado, yo no la tuve, ni se me informó sobre lo que se publicaría sobre mí. Me llamaron a Madrid de La Segunda y del Clinic para entrevistarme, yo no sabía por qué. Llamé por teléfono al subeditor, de entonces, para que me explicara que pasaba. Me respondió fríamente: “Estás cesada, entérate por internet” y cortó violentamente.
Foto: Ximena Marín junto a Yasser Arafat
¿Qué entrevistas importantes recuerda haber realizado?
La de Muammar Gaddafi en su jaima en Tripoli, era beduino y sentía orgullo de serlo. A la entrada de ésta había una enorme bomba que cayó sin explotar cuando aviones militares americanos del Gobierno de Reagan quisieron matarlo en 1986. No lo lograron pero los bombardeos dejaron otras víctimas, entre ellas su hija menor de tres años. Estaba allí como una escultura bélica mostrando la agresividad de sus oponentes extranjeros. Libia tenía de los mejores petróleos del mundo y esta frente a Europa que empezaba a unificarse bajo la moneda única. Éramos pocas personas entre periodistas e Historiadores, lo tuve una vez más al frente mío, pero ahora para entrevistarle. Hablaba cadenciosamente en un perfecto inglés, sin gesticular como Fidel, pero sus respuestas eran impactantes.
Era guapo, aunque el clima desértico comenzaba a pasarle factura en su piel. Sin duda era un hombre carismático. Otro personaje político que me impactó, fue Benjamin Netanyahu. Lo entrevisté en Madrid durante un encuentro promovido en el primer período de los Gobiernos de Zapatero, “El Dialogo de las Civilizaciones”. Era muy joven, en sus inicios políticos, y yo le sequía su trayectoria desde hacía tiempo, me parecía que llegaría lejos. Cuando lo abordé logré que se sentara para conversar conmigo unos minutos. Era seguro de sí mismo, vanidoso, se sabía atractivo, me puse roja como tomate cuando lo vi. Su mirada era profunda, con ambición política. Me dejó fotografiarlo, pero no quiso posar conmigo.
Bashar Al Assad, Presidente sirio, muy parecido al Rey español, Felipe VI, político interesante aunque no me impactó como Gaddafi o Nethanyahu. Intentaba orientar su país hacia una postura más abierta que la de su padre, lo estaba logrando hasta la aparición de las mal llamadas Primaveras Árabes donde se mezclaron rencores entre el Mundo Árabe y Occidente. Eramos un pequeño grupo de periodistas e historiadores españoles, nos recibió en el Palacio del Pueblo-nombre de la Casa de Gobierno-un gran bunker, hermoso e impenetrable.
También en Bagdad me sorprendió el encargado de los Rehenes Escudos, colocados en lugares estratégicos para que no fueran bombardeados. Estuve allí en noviembre de 1990, Irak había invadido Kuwait por tanto estaba en vísperas de ser bombardeado por la OTAN. Este alto oficial del Ejército se llamaba Saddy Maddy, era un gentleman absoluto a pesar de su cargo. Lo conocí en una entrevista a la que me invitaron unos compañeros periodistas noruegos. Días después me mandó llamar para darme una exclusiva. Fue un impacto periodístico, el primero de mis trabajos en Bagdad, se publicó en portada de la revista Tiempo.
Muchos de mis entrevistados me han parecido personas interesantes, entre ellos, Carlos Altamirano. Fue tanto lo que se habló de él durante el Gobierno de Allende y posteriormente tan buscado tras el Golpe que su figura me intrigaba. Estuve con él en Extremadura, España.
Ha hecho muchas entrevistas a personajes árabes, ¿Tiene algún interés especial en ese mundo?
Sí, porque es un mundo con gran trayecto histórico que incluso se alarga a nuestros días, de luchas religiosas, de las nefastas conquistas británica y francesa, cuyas raíces son en parte causa de los problemas que vive hoy Oriente Medio. Se agregan las invasiones americanas—conquista en versión moderna—y también en su momento soviética, por su cercanía. Rusia es europea y asiática, USA es de otro continente. Como descendiente de españoles me toca en parte la presencia de los 800 años que los árabes estuvieron en España en el esplendor de su cultura.
¿Aparte de sus entrevistas tiene otros proyectos?
Sí, escribir un libro sobre mi actividad periodística, sobre esos territorios lejanos, entrelazando entrevistas, Historia resumida y fotografías de esos paisajes fascinantes, algunos de los cuales han sido dañados por las últimas guerras: Bagdad, Bengazi, Tripoli, Palmyra, Alepo, entre otros. Damasco al menos se ha salvado gracias al cuestionable tesón bélico de Al Assad.
¿Cómo ve la llegada de un nuevo Gobierno socialista a España encabezado por Pedro Sánchez?
El Partido Popular tocó fondo por los problemas de corrupción, habían resistido la gran crisis y Esos problemas mataron el bipartidismo, nacieron dos partidos jóvenes incorruptos uno de centro derecha y otro de izquierda que le arrebataron votos al PP y al PSOE. En cuanto a Pedro Sánchez yo lo admiro, he seguido su trayectoria porque mandaba estas informaciones a La Tercera. En su primera secretaria general del PSOE, no tenía fuerza y por tanto no podía imponer su voz. Lo tildaban de “tonto bonito” y que no sabía hablar, pero él es un hombre inteligente y bien preparado que habla idiomas y tiene experiencia en el extranjero. Su tenacidad es una de sus grandes cualidades porque cree en su propuesta. Arrasó al ser elegido nuevamente secretario general de su partido, sus opositores no se lo esperaban, y esta vez logró que su voz y su mensaje fueran escuchados. Desbancó a Rajoy y se instaló en La Moncloa posiblemente hoy trabaja para ser elegido democráticamente en las próximas elecciones.
¿Cuál es su proyecto ahora?
Regresar a España donde soy reconocida como una periodista free lance y retomaré mis colaboraciones dejando atrás este ingrato episodio