Oh I'm just counting

Las comunas abandonadas del plan de seguridad. Por María Margarita Indo, concejala de Quilicura

La ciudadanía y las familias no pueden seguir viviendo en un clima de miedos e inseguridades que están afectado negativamente su vida cotidiana.

 Hoy se vive con miedo a salir a la calle, a enviar a sus hijos/as a los colegios -donde se replica la violencia escolar-, a compartir con la vecindad en barrios dominados por los Narcos, se vive atemorizada por el dominio territorial que ellos tienen de los espacios públicos y un largo etcétera de miedos que rodean la vida de las familias vulnerables y de clase media en distintos lugares de la región.

Es deber del Estado y sus instituciones proveer de esa seguridad a todas y todos sin discriminación; por eso, es lamentable lo que ocurren con las familias que viven en las comunas excluidas del Plan Calles Sin Violencia, que anunció el gobierno y que beneficiará solo al 50% de la población de la región.

Pero las familias que viven en Quilicura, Conchalí, La Cisterna, PAC, Huechuraba entre otras, se sienten abandonadas al ser excluidas de este plan que traerá reforzamiento de la actividad policial en las comunas, y que, además, no accederán a los recursos adicionales para programas de prevención como es la recuperación de espacios públicos, la iluminación de veredas y villas.

 La protección ante los Narcos y la delincuencia se debe extender más allá de los límites de este Plan que tiene foco en las comunas con mayores tasas de homicidio; pero la inseguridad hoy día también viene de la presencia masiva de los Narcos en la vida de los barrios, como ocurre estos días en PAC donde incluso se suspenden las clases producto de un narco funeral, lo que ha ocurrido varias veces en este último mes según relata su Alcalde. Por nuestra parte en Quilicura esperamos que Gobierno Regional aprueba recursos extras para la edificación de un cuartel de la PDI que espera ya hace 12 años.

Por eso es importante seguir invirtiendo en todas las comunas de la región -sin esta discriminación- que apunte a tener más bienes públicos, especialmente en aquellas zonas dominadas por los narcos, asegurando más presencia policial en terreno, que se refuerce el rol inclusivo de los colegios públicos en esos barrios, que se invierta más en cultura y deportes para ganarle el partido a la drogadicción.

Abandonar estas comunas en su lucha por la seguridad es un grave error, donde los sectores populistas anti política encuentran argumentos concretos para cuestionar a las autoridades democráticas, las que parecen no entender que la tarea política relevante para el mundo progresista hoy es impulsar iniciativas que atiendan las urgencias ciudadanas sin discriminación.

No sigamos ayudando así a los liderazgos populistas.