“¿Miedo? Todo el mundo en Venezuela. Mi casa está rodeada”, confidenció la líder opositora venezolana María Corina Machado al contar cómo vive y sufre su clandestinidad tras las amenazas del régimen de Nicolás Maduro y que obligó al exilio del excandidato Edmundo González Urrutia en España.
Machado fue entrevistada por el podcast The Wild Project, uno de los más grandes en español.
Durante poco más de 40 minutos, la exdiputada y fundadora del movimiento Vente Venezuela repasó un poco de la historia de su país y los últimos acontecimientos poselectorales tras las elecciones presidenciales del 28 de julio, cuyo resultado es rechazado por la oposición y gran parte de la comunidad internacional.
La también pieza clave en la opositora Plataforma Unitaria Democrática vio la entrevista como una ventana para contarle al mundo lo que pasa en Venezuela. También para abrirse sentimentalmente, algo que no pasa muy a menudo, según reporta el diario El Nacional.
Por algunos minutos, la exparlamentaria habló sobre ella y sus sentimientos. Confesó que tiene semanas, desde que decidió pasar a la clandestinidad, sin saber lo que es ver a una persona.
“Espiritualmente bien. Lo que hemos hecho los venezolanos es algo espectacular, de lo que no nos hemos dado cuenta. Muy orgullosa porque lo que pasó el 28 ya cambió la historia”, expresó, para posteriormente detallar cómo se siente.
“En lo personal, hay una parte muy dura. Por todos los venezolanos presos. Todo mi entorno está perseguido, preso o escondido. Recibo amenazas diariamente. Tengo varias semanas sin ver a nadie. Emocionalmente es un cambio, un reto de la vida”, confesó.
Sobre el régimen chavista expresó que “estos tipos son maldad pura. Mandan a detener niños, secuestrar, torturar mujeres. Gente mala”. Y luego agregó que lo que ocurre en Venezuela “será digno de estudio, de una película, documental o serie como House of Cards”.
“Esto no es una dictadura más. Maduro tiene que entender que el costo de quedarse es más alto al de irse”, añadió.
En su opinión, “no se puede hacer borrón y cuenta nueva porque la gente puede tomar la justicia por su propia mano”.
“Absolutamente”, respondió cuando se le preguntó si pensaba seguir en su país. “Venezuela no necesita mártires. No tengo vocación de mártir”, manifestó. “Veo el futuro de Venezuela luminoso”, precisó.
“Cuando estemos en la presidencia a lo mejor los niños no me querrán porque pondremos siete días de clase. La vida es dura, pero hay que disfrutarla y vivirla con intensidad. Estamos escribiendo historia. Disfrutemos”, transmitió esperanzada en que cambie la situación política en su tierra llanera.