Cuando se inaugure la Línea 7 del Metro en el 2025, que conectará a las comunas de Renca y Vitacura en poco más de media hora, el Metro de Santiago habrá cubierto una red de 174 kilómetros (70% más que los 103 actuales), y llegará a 31 comunas, diez más que las que atiende hoy.
Una gran noticia, sin duda. Sin embargo, la alegría no podrá ser compartida por tres comunas de la Región Metropolitana que quedaron fuera de todos los planes de extensión del tren subterráneo. Se trata de Lo Barnechea, La Pintana y Lo Espejo. O sea, más de 400 mil personas, que viven en esta zona, deberán seguir sufriendo con largas horas en un transporte público que se convierte en una pesadilla.
Esa realidad llevó esta semana a que volvieran las quejas de parte de las autoridades edilicias. Sobre todo en Lo Espejo, que en sus ocho kilómetros cuadrados de extensión seguirá siendo un reducto rodeado de autopistas y con escaso polo de desarrollo económico para los 98.804 habitantes, según datos aportados por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE).
“Insistimos en esta necesidad porque la comuna requiere ser insertada en la malla del Metro”, sostiene el edil Miguel Ángel Bruna, argumentando con su situación geográfica: “Al lado oriente tenemos a La Cisterna, al norte Pedro Aguirre Cerda, al sur San Bernardo y al poniente Maipú y Cerrillos, todas ellas con línea del Metro. Estamos al medio y en ese tránsito se requiere que nosotros también estemos insertos para agilizar los tiempos de transporte”.
Aunque desde Metro aseguran que están permanentemente evaluando las diferentes extensiones y no se niegan a seguir conversando para el beneficio de la gente, en Lo Espejo insisten en retomar las charlas a nivel de ministerio con la titular de Transportes, Gloria Hutt.
“Lo entendemos como un derecho para gente que necesita mayor calidad y rapidez en su traslado a los lugares de trabajo. Estamos trabajando con Louis de Granje (presidente del Metro) para que nos agreguen con urgencia en la próxima etapa”, concluyó Bruna.