La alta comisionada de la Organización de Naciones Unidas (ONU) para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, realizó un llamado a que la comunidad internacional deje de negar el racismo y lo enfrente de forma sistemática, para así evitar que lamentables casos como el de George Floyd se sigan replicando.
“El racismo sistémico requiere una respuesta sistémica”, escribió la representante en un informe en donde mencionó que es “preciso aplicar una estrategia de amplio espectro y no un enfoque fragmentario para desmantelar sistemas basados en siglos de violencia y discriminación“.
Así, el documento examina detalladamente las “desigualdades complejas” y la “marcada marginación política y socioeconómica” que afecta a las personas afrodescedientes en numerosos países.
En Norteamérica y el sur de Europa, según detalló Bachelet, es “desproporcionado el número de afrodescendientes que viven en la pobreza y que se enfrentan a graves obstáculos para ejercer su derecho a la educación, la atención sanitaria, el empleo, la vivienda adecuada y el agua potable, así como para participar en la vida pública y ejercer otros Derechos Humanos fundamentales”.
Recomendaciones para frenar el racismo
Entre las recomendaciones de la alta comisionada figura la de que el Consejo de Derechos Humanos establezca un mecanismo específico y con plazos definidos o que refuerce un mecanismo existente dotándolo de capacidad adicional con el fin de promover la justicia y la igualdad raciales en el contexto del mantenimiento del orden en todas las regiones del mundo.
Aunque en el informe se destacan algunas iniciativas a nivel local, nacional y regional encaminadas a buscar la verdad y proporcionar formas limitadas de reparación, “ningún Estado ha asumido su responsabilidad integral por el pasado ni por la repercusión actual del racismo sistémico”.