La pandemia ha impedido evaluar con claridad el funcionamiento que tendrán algunos cambios estructurales para la movilidad en Providencia como lo es, por ejemplo, la ciclovía de Eliodoro Yáñez que aún no comienza su completa implementación.
Ese tema puede generar una preocupación a propósito de que para su construcción se quitó una pista a los automóviles. Es cierto que los afectados son esencialmente aquellos que ocupan la comuna como vía de tránsito entre las comunas más al oriente y el centro, pero también perjudica directamente a quienes habitamos en la comuna.
A la vez, se entiende que las ciclovías son un buen espacio que permite fomentar el ciclismo como medio de transporte y también respetar los espacios de los peatones, que debería ser la principal preocupación de nuestro municipio. Finalmente, todos somos peatones y ahí si no cabe duda alguna (a diferencia de ciclistas y automovilistas) que los transeúntes somos en su gran mayoría vecinos de la comuna, ya sea porque vivimos o porque trabajamos en ella.
Lo anterior nos hace entonces profundizar en preguntarnos sobre cómo cuidar más al peatón, principal “cliente” de lo que debe ser una buena política de movilidad vecinal. Cierto es que los semáforos peatonales y de bicicletas ayudan, aunque de estos últimos aún falta poner en más esquinas. Hoy en día parece que el peatón, cuyo enemigo de siempre fue el automovilista, ha sumado un nuevo adversario: el ciclista, que incluso sigue, a veces, yendo por la vereda y cuando lo hace por espacios comunes entre ambos reclama el permiso a que lo dejen ir con velocidad.
Asimismo, a fines del año pasado, en Holanda con Nueva Providencia se congregaron más de un centenar de ciclistas quienes protestaban por un accidente que resultó en la muerte de una joven ciclista atropellada por un autobús. Solo durante el año 2019, la bicicleta participó a nivel país en 3.840 siniestros viales y resultaron 85 ciclistas fallecidos y 3.199 lesionados. Del total de siniestros 1.474 ocurrieron en la capital del país.
Entonces, una política desde el municipio que sea difundida con buena campaña de acuerdo con la Ley de Convivencia Vial (vigente desde principios de 2018) entre peatones, ciclistas y automovilistas, con su principal foco en los dos primeros, parece algo más que urgente. Un trato armónico entre todos los vecinos es una ardua materia en la que el municipio debe contribuir con experticia y entusiasmo.