La historia de The Supremes, el grupo femenino que revolucionó el pop en los sesenta, no se entendería sin ella. Mary Wilson, muerta a los 76 años en su casa de Henderson (Nevada), no solo fue cofundadora del girl-group más famoso de todos los tiempos, sino que se encargó de reclutar a Diana Ross para terminar de dar forma a un trío que hizo historia al alcanzar 12 números uno en la edad dorada del pop y, además, marcar un estilo tan influyente y definitivo que todavía hoy es recordado por varias generaciones de músicos. “Siempre estuve orgulloso de Mary”, ha asegurado en un comunicado Berry Gordy, fundador del sello Motown, casa de The Supremes. “Ella era toda una estrella por derecho propio y, a lo largo de los años, continuó trabajando duro para impulsar el legado de las Supremes”.
Como Florence Ballard, la otra supreme en discordia y fallecida de un ataque al corazón en 1976, Mary Wilson siempre vivió eclipsada por Diana Ross, la vocalista principal del grupo y primera espada de una imparable fábrica de éxitos como Motown. Sin embargo, fueron Wilson y Ballard quienes pusieron en marcha el proyecto musical después de que ambas se conocieran en el colegio en Detroit. El germen de The Supremes fue una banda colegial llamada The Primettes, que Ballard montó con Betty McGlown, la novia de un amigo. Fue Ballard quien llamó a filas a su mejor amiga de la escuela: Mary Wilson. Y fue Wilson quien sumó a Diana Ross.
Las cuatro adolescentes formaron The Primettes, un grupo que ganaría concursos de talentos en la agitada y competitiva escena de Detroit y acabaría grabando un sencillo sin ningún éxito. Con la salida de McGlown, que sería sustituida por Barbara Martin brevemente, The Primettes consiguieron que Berry Gordy, dueño y fundador de Motown, accediese a grabarlas después de que las chicas se presentaran varios días en las oficinas del nuevo sello musical con el fin de tener una audición.
Corría principios de 1961 y nacieron The Supremes, un cuarteto que en poco más de un año pasó a ser el conocido trío tras la salida de Barbara Martin para dedicarse a su familia. El éxito tardó en llegar. Diana Ross, Florence Ballard y Mary Wilson no dieron con la fórmula fácilmente. Al principio, mientras hacían coros o palmas para artistas como Marvin Gaye, las tres cantantes se turnaban para cantar. Wilson, que tenía una voz de gran profundidad, se encargaba en las canciones lentas y baladas mientras Ballard de los temas más duros y cercanos al soul y Ross de los que buscaban un brillo más pop. Al final, terminó triunfando el modelo de Diana Ross, una voz fina y deliciosa.
De esta forma, The Supremes no tuvieron un verdadero éxito hasta 1963 con When the Lovelight Starts Shining Through His Eyes, con la voz principal de Ross y el acompañamiento de Wilson y Ballard. La canción llegó a rebufo del triunfo de Martha and the Vandellas, otro girl-group espectacular de la factoría Motown y tenía ya todas las señas de lo que serían The Supremes: la garganta esplendorosa de Diana Ross, elevada a los cielos con los coros de Wilson y Ballard, los metales eufóricos y el imprescindible trabajo de Holland–Dozier–Holland, el trío masculino en la sombra que se encargaba de la composición musical y la producción, entendiendo a la perfección las virtudes de un grupo de chicas que se convirtieron en Estados Unidos tan importantes como los Beatles.
En los sesenta, no hubo nada más sofisticado que ellas, consolidando el crossover (el salto de las listas de éxito de rhythm and blues, destinadas a cantantes afroamericanos, a las del pop nacional blanco) e influyendo en toda la psicología de un país en plena lucha por los derechos civiles. Más que nadie, The Supremes representaron el glamour de la comunidad negra, convirtiéndose en agentes del cambio cultural y rompiendo el techo racial.
En plena escalada de fama, Berry Gordy decidió convertir a Ross en la líder del grupo y pasaron a llamarse Diana Ross and The Supremes. Esto motivó tensiones entre sus integrantes y la salida de Ballard, que acabó depresiva y alcohólica. Mary Wilson se mantuvo con Ross, aunque nunca consiguió tener una carrera en solitario como ella.
Durante los últimos años, Wilson fue una cara conocida de la televisión estadounidense al formar parte del reality-show de moda de la cadena ABC