Las Naciones Unidas y grupos defensores de los derechos humanos levantaron la voz ante la violenta represión de las manifestaciones ocurridas en Irán tras la muerte de una joven detenida por la policía de la moral.
Mahsa Amini, de 22 años, en la foto, murió el viernes tres días después de ser hospitalizada tras su arresto por la policía por violar el estricto código de vestimenta que se impone en Irán a las mujeres, en especial el porte del velo.
Las autoridades iraníes informaron que la joven falleció por causas naturales pero según informaciones difundidas por activistas y la Oficina del Alto Comisionado de Derechos Humanos fue golpeada violentamente en la cabeza y contra un vehículo de la policía de la moral.
Su muerte ha provocado protestas en la capital, Teherán, pero los más violentos enfrentamientos se produjeron en la provincia del Kurdistán iraní, de donde era originaria Amini.
En las redes sociales, mujeres subieron videos en dónde cortan su propio pelo o queman el hiyab en forma de protesta. La indignación también pudo verse durante el funeral de la joven.
Persecución sistemática
La muerte de Amini generó clamor internacional y el propio Secretario de Estado norteamericano Antony Blinken llamó el lunes "al gobierno iraní a poner fin a su sistemática persecución de mujeres y a permitir protestas pacíficas".
El velo es obligatorio en público en Irán desde la revolución islámica de 1979. La vigilancia de que se cumplen estas normas le corresponde a una unidad especial de policía, conocida como "policía de la moral", que tiene el poder de arrestar a las mujeres que no respeten el código de vestimenta, aunque normalmente son puestas en libertad con una advertencia.