Un comercial que muestra a un grupo de monjas comulgando con papas fritas ha causado indignación entre la comunidad católica italiana.
Se trata de una estrategia publicitaria de la marca Amica Chips. En sus 30 segundos de duración, muestra a jóvenes religiosas al interior de un convento recibiendo la comunión.
La sorpresa llega cuando se dan cuenta de que la esperada hostia que reciben de manos del sacerdote es, en realidad, una papa frita y el crujiente sonido que esta provoca resuena en todo el salón.
Al final, la cámara enfoca a una madre superiora comiendo los mismos snacks desde una bolsa de la marca.
Se revela que fue ella quien sustituyó las hostias en el recipiente en el cual se guardan las hostias, llamado sagrario, y el comercial termina con un slogan que lee “La divina cotidianeidad”.
El anuncio publicitario ha llegado a ser calificado como una “blasfemia”, sugiriéndose su retiro de la programación.
Cabe tener en cuenta que, al interior de la comunidad católica, la hostia representa el cuerpo y la sangre de Cristo.
Giovanni Baggio, director de la Associazione Italiana Telespettatori (AIART), una organización católica que monitorea la radio y la televisión en Italia, calificó el comercial como una “blasfemia”.
En un comunicado de prensa, Baggio afirmó que el anuncio de 30 segundos era “indignante” y que “ofende la sensibilidad de millones de católicos practicantes al trivializar la comparación entre la papa frita y el objeto consagrado”.