El comediante chileno Mauricio Flores se refirió al difícil momento que vivió a inicios de año cuando su hija, Danika, sufrió un ACV, así como también sus primeras palabras al despertar, cuando le preguntó a su madre “¿Por qué no me dejaste morir?”.
En un adelanto de Podemos Hablar al que tuvo acceso BioBioChile, Flores, que es parte de los invitados de la noche, narró cómo se enteró de todo y la situación que vive hoy con su familia.
“Me llama mi hijo Danko y me dice ‘Papá vente a la clínica porque a la Danika le dio un ACV’. El trayecto de mi casa a la clínica se me hizo eterno, cuando yo llegué ya la habían ingresado”, contó.
Entonces, cuando el médico salió a hablar con la familia, les acabó dando un diagnóstico devastador: tenía un 15% de posibilidades para vivir.
“Yo pensé: ¿Por qué a ella?, pensaba por qué no me estoy yo en su lugar, pero Dios es grande. Quiero agradecer a todas las personas que oraron por ella y nos apoyaron y escucho nuestros ruegos y trajo a nuestra hija de vuelta”, dijo poco después.
“Para graficarlo como yo lo sentí, es como si a mi hija la hubieran desenchufado y después vuelto a enchufar un mes después, porque ella despertó y sabía su nombre, pero cuando le preguntaron qué día era y ella dijo 27 de marzo”, explicó.
“La verdad estoy muy agradecido, los eventos que tenía, los cambiaron de fecha y no me los cancelaron, mis compañeros que se vieron afectados con esta pausa estuvieron apoyándome en cada momento, la Paty Cofré me llamó y lloró mucho, de hecho, eso le provocó un paro cardio respiratorio yo no podía acompañarla, así que imagine como estuvo esa semana para mí”, reveló.
Más adelante, Flores aseveró que su propia hija, que está estudiando para ser matrona, le pidió a su pareja que le llevara a la clínica porque se dio cuenta de que le daría el accidente cerebrovascular.
“Mi hija empezó con convulsiones en la casa, en el auto y luego en la clínica, Benjamín (pareja de su hija) se demoró 7 minutos en un trayecto de 25 hasta la Clínica Alemana de Chicureo, cuando la estabilizaron, la mandaron para la de Vitacura. Si no hubiera sido por la pronta reacción de Benjamín, la historia hubiera sido diferente”, contó.
Al recordar su día a día en la clínica, dijo que “era horrible entrar a la UCI, verla y que no estuviera, era un cuerpo en una cama, tomarle la mano y no sentir su calor, que no abriera los ojos, que no me hablara, lo peor era no saber qué va a pasar”.