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Reportaje. El cambio cultural que no llega: Machismo y violencia intrafamiliar en Chile

Por María Kovacz
 
El machismo es considerado como una vertiente de sexismo o prejuicio sexual que empodera a los hombres y que se da en generalmente de forma inconscientes en la mayoría de las sociedades humanas.
Mal entendido y aplicado puede gatillar en violencia intrafamiliar y maltrato hacia la mujer, esto, porque muchos hombres se sienten superiores. Sin embargo, gran parte de las féminas revela que es más  machista que los propios hombres.
 
Y si bien las nuevas generaciones buscan que la brecha salarial se acabe, que la discriminación contra las mujeres no exista, que se condene el abuso, el acoso y las violaciones. Además que sea la mujer quien decide por su cuerpo, esto por el aborto. También se suman los comentarios sexuales ofensivos,  en estos casos, los hombres tratan como seres inferiores a las mujeres, generalmente a sus parejas, algunas son tratadas como verdaderos objetos sexuales.
 
Las críticas  al cuerpo de la mujer, también es una de las cosas que se pretenden cambiar,  en general los hombres tratan a sus mujeres por cómo se ven, sin embargo, cuando ellas hacen lo mismo, el hombre se siente menoscabado y tiende a responder con agresiones.
Machismo y violencia
 
Hablar de violencia y machismo por estos días no es agradable sobre todo por los últimos hechos acaecidos en el país donde a raíz de tanta violencia contra la mujer el femicidio no para de ocurrir y aumentan dramáticamente las estadísticas.
 
Nadie puede comprender tanta ira desatada contra una mujer al punto de sacarle los ojos como ocurrió con Carola Barría de Punta Arenas que a sus 33 años si bien no perdió la vida a manos de su ex pareja, Juan Ruiz Varas quedó ciega. Él se suicidó para no enfrentar a la justicia.
 
Nabila Riffo, seguramente jamás pensó en que su nombre sería conocido en el mundo producto de que fue brutalmente agredida por su pareja. Este irracional la golpeó sobre todo en el cráneo sin consideración y le reventó los globos oculares. Es decir, Nabila, se ha quedado sin sus ojos y ha logrado sobrevivir hasta ahora, a pesar de toda la fuerza bruta de su victimario que fue detenido y niega las acusaciones en su contra.
 
Dos ejemplos tremendamente dolorosos cometidos por seres humanos. Hay otros que también es violencia contra la mujer y es el trato que le dan los hombres en general, las opiniones que vierten sobre ellas. Antes que sus conocimientos, habilidades o virtudes está primero si «es rica» y no es fulana de tal, es «la mina». Mismos que convertidos en jefes no le pagan un sueldo acorde con su trabajo y además al varón que hace un trabajo igual le pagan mucho más.
 
Isapres discriminan
 
Las Isapres las discriminan y por estar en edad fértil, o sea, por tener hijos que es la misión más importante de la mujer, les cobran más caro el plan de salud.
 
Las leyes -dicen- que las favorecen pero a la hora de los hechos concretos no es así. Ha quedado demostrado con la «nueva» Ley de Divorcio con la que los hombres siguen siendo favorecidos. A la hora del divorcio el hombre sigue poniendo el 50% de su sueldo para los hijos -no para la mujer que muchas veces trabaja y no necesita que la mantengan-mientras que ellas deben poner todo su sueldo, su tiempo, su vida al servicio de la familia que , en la mayoría de los casos fue abandonaba por el hombre. Los ejemplos son innumerables. ¿Puede alguien asegurar que el machismo se está acabando?
 
Una ONG sin violencia
Juan Flores, psicólogo
 
Pensando en los problemas que presentan las parejas una vez que se casan, un grupo de personas crearon la ONG «Parejas sin violencia» y su primera campaña es «Para un pololeo sin violencia», la que han tratado de llevar a distintos liceos y colegios en los que, efectivamente se ha detectado que las parejas se agreden física y verbalmente, pero siempre haya traba burocráticas que para que tengan acceso a los alumnos.
 
Mariana Madariaga está a la cabeza de esta institución y ratifica que el machismo “si tiene que ver con la cultura en la que estamos. Este paradigma patriarcal que en el fondo lo que hace, justamente es generar estas diferencias de desigualdad entre un hombre y una mujer y eso se tiene que acabar de una vez por todas”.
 
“Nos hemos dado cuenta que ya no sacamos nada con seguir tratando víctimas -que es lo que se hace-, que está bien porque se necesita tener un tratamiento para mujeres que son víctimas de violencia, pero no sacamos nada con eso si no logramos el cambio cultural y para eso tenemos que trabajar todos, no es solamente cargarle la mano al gobierno, al parlamento con las leyes -que son muy importantes por cierto- necesitamos estar todos unidos en esto” apunta Madariaga.
 
“Todos, realmente tenemos que luchar juntos, no hay otra manera y el cambio cultural lo hacemos trabajando en distintas áreas. Primero en las casas, las madres, las familias, no criar a los hijos con estereotipos de género, con esta diferencia de roles. Cosas tan básicas como por ejemplo, en los colegios que no hay esta división de sexo que existe, entre los colores de la niñita y los del niño. Entonces, partir con eso, hay que cambiar, hay que hacer prevención. Nosotros como ONG (Parejas sin violencia) hacemos prevención, estamos en eso y tampoco es fácil”, reclama la comunicadora.
Mujeres subordinadas
 
Camila Maturana, abogada de Corporación Humanas también concuerda en que el machismo tiene mucho que ver con la violencia contra la mujer. “La violencia contra la mujer es un continuo, que está presente en lo que se denomina el espacio privado, la casa, las relaciones de parejas, la familia y también en los espacios públicos y en todos estos ámbitos las mujeres somos víctima de violencia; casas, calles, trabajos, medios de transporte, medios de comunicación, establecimientos educacionales e incluso por agentes del Estado como la violencia sexual policial”.
 
Agrega que “entonces, la expresión más extrema de esta violencia entre las mujeres que es un continuo, es el femicidio. No es un fenómeno aparte es la culminación de una escalada de violencia. Y, claramente en el caso de Nabila, que afortunadamente ha generado mucha preocupación en la ciudadanía, que crecientemente está reaccionando frente a la generalizada impunidad de la violencia. La ciudadanía se moviliza, demanda una respuesta a las autoridades del Estado, pero esta no llega”.
 
“No todos los machistas son violentos”
Juan Flores, psicólogo Universidad Católica; PhD en Psicología Universidad de Chile; Psicoanalista Sociedad Chilena de Psicoanálisis-ICHPA; Presidente International Federation of Psychoanalytic Societies (IFPS); Director Magíster en Psicoanálisis, Universidad Adolfo Ibáñez respondió las consultas de Cambio21 sobre la violencia y el machismo, asegurando que “en la medida que este discurso se constituye como una ideología que rigidiza y naturaliza los roles de lo femenino y lo masculino otorga espacios para la manifestación de la agresión y la violencia contra la mujer”
 
Además dijo que “el discurso patriarcal y machista crea las condiciones para que el maltrato o la violencia pueda expresarse. Sin embargo, es necesario que a esto se unan las historias particulares de los sujetos y a las formas en que cada caso fue constituyendo los ejes de su personalidad. No todo machista tendrá que ser necesariamente violento, al menos físicamente”.
 
Por su parte el sociólogo y escritor Pablo Huneeus también cree que el machismo está muy arraigado en nuestra sociedad. “Es muy difícil terminar con algo que está en los cimientos de esta tierra. Hay una historia de cultura machista en el país que se arrastra desde tiempos inmemoriables”.
 A su juicio “los movimientos feministas tienen para rato todavía porque esta no es una tarea fácil. Lo importante es sacar la voz mientras eso siga ocurriendo algo se puede lograr. Hay que sacar la voz”.  
 
 Sobre el mandatario dijo que “él tiene tantas cosas en su cabeza que esto se le olvida. No es importante para él porque viene de una cultura machista y pasa con muchas autoridades que no les interesa equiparar las cosas”.