Oh I'm just counting

Suecia: El país donde hay más mujeres que hombres sacerdotes

"Acabo de convertirme en pastora de la Iglesia de Suecia. Fui ordenada en junio", cuenta Hedvig Astrom, quien tiene 29 años.

"Recuerdo estar parada allí, en el servicio, mirando a todas las mujeres. Éramos ocho: cuatro pastoras y cuatro diáconos, y solo uno de nosotros era hombre (un diácono)", le señala la joven a BBC Mundo.

A la ceremonia, celebrada en junio, asistieron una obispa y una diácona y la mayoría de los participantes eran mujeres; dos de ellas (pastoras), además, estaban en las últimas etapas de sus embarazos.

Recientemente y por primera vez en su historia, en la Iglesia de Suecia hay más pastoras mujeres (1533) que hombres (1527), es decir: el 50,1% frente al 49,9%

Y todo comenzó con una decisión tomada por esa institución luterana en 1958, cuando se autorizó la ordenación de mujeres como sacerdotes.

Dos años después, tres mujeres fueron ordenadas.

"El crecimiento ha sido gradual y sostenido. Se podría decir que era algo que veíamos venir", le dice a BBC Mundo la reverenda Cristina Grenholm, secretaria de la Iglesia de Suecia.

"Obviamente ha sido visto como algo positivo para la iglesia y las congregaciones han recibido a las mujeres con los brazos abiertos".

Sin embargo, advierte, no siempre fue así. Hubo una época en la que fueron discriminadas.

La parte difícil

"Tenemos que recordar que algunas clérigas no fueron tratadas bien. En los años en los que las mujeres fueron una minoría, algunas de ellas recibieron tratos groseros por parte de otros clérigos y congregaciones", señala Grenholm al evocar los obstáculos que tuvieron que enfrentar.

Algunos sacerdotes consideraban que permitir la ordenación de mujeres no había sido la decisión correcta y, por ejemplo, preferían no asistir a servicios celebrados por pastoras.

"Incluso, algunos llegaron a cuestionar el llamado de Dios que estas mujeres habían atendido y eso era algo extremadamente delicado para alguien que había dedicado su vida a algo que consideraba muy importante".

Y así lo evoca en conversación con BBC Mundo Susann Senter, una de las primeras mujeres en ser ordenada en la diócesis de Vasteras y que recientemente se retiró de su posición como rectora de la catedral de esa ciudad, ubicada en el centro de Suecia.

"Fui ordenada hace 45 años y he visto un cambio inmenso", dice.

En ese época, sólo el 2% de los pastores de la diócesis de Vesteras eran mujeres.
"Muchos de nuestros colegas varones se resistieron, no nos querían. Los miembros de la parroquia nos aceptaron con alegría. La dificultad no era con la gente de la parroquia, sino con los otros colegas".

"Yo estaba convencida de que había sido llamada para esto y la Iglesia aceptó mi vocación. Pero fue duro darme cuenta de que algunos de mis colegas no lo hicieron. Fue como un cuestionamiento a mi vocación. Esa fue la parte difícil".
"No se les va a poder oír"
Astrom cuenta que durante su ordenación recordó a su abuela y a esa generación de mujeres.

"Pensé en las primeras pastoras y en todo lo que tuvieron que luchar".

Grenholm evoca la valentía y el liderazgo de esas primeras mujeres.

Y también las preguntas "muy humanas" que plantearon al principio quienes no simpatizaban con la idea:

"Las mujeres hablan muy bajo, no se les va a poder oír, con qué se van a vestir, cómo se van a ver".

Pero una vez que los fieles empezaron a participar en una celebración liderada por una mujer, indica la reverenda, todo se volvió más natural.

"Dejas de pensar en que es una mujer y que es algo extraño. Lo empiezas a ver como una contribución a la misión de la iglesia de predicar el evangelio".

Estudiando teología

Astrom estudió teología por casi siete años.

"Estoy acostumbrada a ser parte de una mayoría de mujeres, porque la mayor parte de los estudiantes de teología son mujeres", indica.

Pero aún así, lo que vio el día de su ordenación la conmovió:

"Miré a todas las mujeres y pensé en la historia, en todas las imágenes y pinturas de momentos importantes de la historia (y de la historia de la Iglesia) con hombres en casi todos los roles importantes, y pensé: no puedo creer que esto esté sucediendo, que esto sea posible", señala.

"Realmente no creo que una Iglesia sin o con muy pocos sacerdotes hombres sea algo que debamos perseguir, pues creo que eso también sería un problema", reflexiona.

Senter tiene una visión similar: "Ahora tenemos que pensar en cómo atraer tanto a hombres como a mujeres para que se conviertan en trabajadores de la Iglesia".

De acuerdo con Astrom, es clave que en esa institución religiosa se escuchen diferentes voces y perspectivas.

"Creo que si está predicando que todos somos iguales a los ojos de Dios, la Iglesia también tiene que actuar así y no detener a las personas con vocación de convertirse en sacerdotes solo por el género".

Doble vía
En los últimos años, Suecia y sus vecinos nórdicos se han ubicado en las primeras posiciones de los rankings internacionales que intentan medir cuáles son "los mejores países para ser mujer".