Por Jacky Mercado
El sexo de hoy no tiene nada que ver con el que se practicaba hace dos décadas. Las mujeres sobre todo las veinteañeras, son cada vez más dominantes, exigentes y experimentales en el dormitorio. Ahora ellas se sienten más capacitadas y confiadas que nunca, y han dejado atrás esos tabúes que las reprimían.
Aunque aún se sorprenden al escuchar a una mujer hablar abiertamente de sexo, decir que tiene ganas de hacerlo esa noche o que ayer se masturbó, la mayoría no se corta a la hora de expresar sus opiniones y gustos, y mucho menos en llevarlos a cabo. Se entrevistó a 6.700 hombres y mujeres estadounidenses en 2017 y descubrió que el 59% de los hombres reportaron un alto deseo sexual, y que en el caso de ellas era un 52%. ¡Oh, sorpresa! A ellas también les gusta, y no tienen (absurdos) reparos en decirlo.
La especialista en sexo ha revelado en 'Femail' lo que las mujeres jóvenes están requiriendo en sus encuentros íntimos. Recogemos los más destacados:
1) Electro estimulación
¿Permitirías que una corriente eléctrica fluyera a través de tus genitales? Pues ya muchas mujeres lo están experimentando a través de juguetes electrosexuales.
El 'electro sex' es una forma de estimular los genitales y las zonas erógenas con una cantidad segura de energía eléctrica (el cuerpo humano es principalmente agua, por lo que es un excelente conductor).
El juguete se coloca en algún lugar de su cuerpo (como los genitales) para permitir que la electricidad pase a través de las células nerviosas. Esto te hace supersensible al tacto y crea sensaciones que van desde un hormigueo hasta una sensación que hace que los músculos se contraigan.
Deberías probarlo porque es algo nuevo para intentar con tu pareja; y porque además los estimuladores eléctricos son estupendos para tonificar los músculos
2) BDSM
Mordiendo y siendo mordido, azotando, tirando del pelo, jugando a la esclavitud... Se trata de un juego en el que una persona es dominante y otra sumisa. No es necesario comprar mordazas de cuero, esposas, cadenas y otros utensilios. El BDSM lo puedes practicar sin necesidad de florituras al estilo casero.
Siempre preguntando a nuestro acompañante si le parece y/o apetece atarnos de manos o dejarse atar las muñecas con una simple corbata; cubrirnos los ojos con un pañuelo; o inmovilizarnos con las mismas cuerdas de tender en una silla o cama, pueden dar un giro a nuestras relaciones sexuales y volverlas mucho más satisfactorias sin necesidad de que nadie salga dañado.
Más de las tres cuartas partes de las mujeres en una encuesta del Reino Unido dijeron que lo habían practicado y les habían gustado. De hecho, el 70% dijo que deseaba que su pareja lo hiciera con más frecuencia.
3) Pornografía
Y precisamente ellas no buscan cosas de dulzura... La misma plataforma de contenidos X dijo que ellas tienen un 113% más de probabilidades de buscar el término "hardcore" (duro, en español) que los hombres. También tienen más del 105% de probabilidades de buscar géneros pornográficos y "sexo duro".
Otro mito porno que se ha reventado: no es cierto que las mujeres se vean obligadas a ver pornografía a regañadientes porque sus parejas así lo desean. Solo el 12% lo consume con su pareja.
"Todavía nos preocupa cómo se trata a las mujeres en la industria y no me gusta la forma en que los hombres confunden el porno con el sexo real, pero esto no nos impide verlo en masa".
4) Clubes sexuales, fiestas o intercambios
Las fiestas sexuales son particularmente populares entre las mujeres. Cada vez hay más personas que buscan fuera del modelo tradicional de relación de monogamia e ir a una fiesta sexual o club de sexo con su pareja es una forma (relativamente) segura de experimentar. También son un lugar seguro para disfrutar de un encuentro heterocurioso.
Tríos, fiestas sexuales y otros tipos de sexo en grupo siempre estuvieron disponibles pero no son posibles de llevar a cabo para la pareja promedio.
Cada vez son más los que buscan fuera del modelo de relación de monogamia; e ir a una fiesta sexual con su pareja es una forma segura de experimentar
Un estudio de la educadora sexual estadounidense Debby Herbenick y sus colegas utilizó una muestra representativa a nivel nacional de más de 2000 adultos estadounidenses de 18 años o más para conocer la prevalencia y el atractivo de más de 30 comportamientos sexuales diferentes. Encontró que una de cada 10 mujeres y uno de cada cinco hombres tuvieron un trío.