Por Ana Victoria Durruty, corresponsal de Cambio21 en Europa
Más que una artista chilena, María Teresa Chadwick es global en varios sentidos. Ella vive en Londres, desarrolla proyectos en varios países simultáneamente mientras fluye hablando en inglés casi mejor que en castellano, y en su altura y actitud se traslucen toda la herencia inglesa, escocesa, vasca, castellana, alemana, francesa, irlandesa y alguna otra que corre por sus venas.
Tere Chad, como se la conoce en su faceta de artista plástica, se desplaza por las ideas que están detrás de su obra, con una visión apasionada del devenir histórico y las posibilidades del futuro de un mundo en que ella cree que el Sur, usualmente considerado sinónimo de subdesarrollo, tiene todas las características para convertirse en el pilar de nuevas formas de ser y habitar el planeta.
Es en este despliegue de inteligencia y talento cuando parece más atractiva aún su personalidad y una trayectoria que parte en un colegio santiaguino en que una niña muy alta para su edad comenzaba a sentir que su mente estaba llamada a expresarse de una manera diferente. Y, ella no lo sabía entonces, a mostrar sus habilidades también en lugares muy diferentes, muchos miles de kilómetros al norte de su natal Chile.
Convergencia y Bifurcación
Conocí a Tere Chad hace casi un año atrás cuando asistió a la presentación de mi libro de relatos breves “Antipódica” en la Embajada de Chile en Londres. Quedamos en contacto hasta que hace pocas semanas recibí una invitación para acompañarla en la velada inaugural de su exposición “Southern Flaneur” en el restaurante “Paladar”, en Elephant and Castle un barrio del Sur Este de la capital inglesa conocido por acoger a la comunidad latina. No vacilé en viajar desde Oxford para compartir una jornada memorable.
Tere explicó allí las implicancias de su arte a una variopinta asistencia que disfrutaba deliciosos vinos chilenos. Lo primero que llama la atención es la confianza de la artista en la fuerza de su mensaje que transmite en un extraordinario buen inglés. Lo que parece ser un detalle, posee gran importancia cuando se trata de hablar de arte conceptual en un país angloparlante. Y los conceptos de Tere son sugerentes y profundos al mismo tiempo.
Pero partamos por el principio. Con los primeros pasos de esta mujer y artista que ha llegado muy lejos de aquellos primeros años de su existencia allí a los pies de las montañas andinas.
Circunstancias familiares variadas, llevaron a la preadolescente a compartir la mayor parte de su tiempo fuera del colegio con sus tres abuelos. Una de sus abuelas, mitad escocesa y mitad alemana, la otra, una artista y cosmopolita. Todo ese ambiente, en que las conversaciones discurrían en inglés, amplió su mente y la llevó a fantasear con conocer Gran Bretaña.
Pasó desafiante por un tradicional colegio católico, donde su actitud cuestionadora de niña inteligente y creativa representaba para algunos una verdadera amenaza de libertad, y donde también a través de su rebeldía, adquirió la fortaleza y pasión por alcanzar sus sueños, sin temer a la adversidad.
Cuando estaba en el proceso de elegir la carrera que iba a estudiar, ganó un premio de arte a nivel nacional patrocinado por Agatha Ruiz de la Prada y la conversación con uno de los jurados, Mario Fonseca, fue decisiva.
Tras un semestre en la Licenciatura de Diseño en la Universidad Católica, Tere optó por estudiar Publicidad en la Universidad del Desarrollo, una experiencia fundamental que marca sus acciones hasta el presente. Durante esa etapa aprendió a hacer proyectos, con clientes reales y enfocados al logro de objetivos. De este modo adquirió el hábito de emprender siendo eficiente, además de creativa. “Kali Crew,” su tesis final (2013) fue sobre como se podría aprovechar el arte callejero como un medio de comunicación para crear otro tipo de experiencia con las marcas y fomentar la cultura y el cuidado del espacio público.
Simultáneo a sus afanes universitarios, aprendió un nuevo oficio en el Taller Villaseca asistiendo a un curso de orfebrería impartido por Cristián Arrué. Con ese impulso llegó a Rapa Nui tras una inmersión en la cultura que la llevó a desarrollar “Fusión – Haka Piri” (2016) un proyecto de joya-arte ampliamente acogido por la comunidad local por resaltar su patrimonio arqueológico y cultural. Fue entonces cuando Beni Tuki, un artista local, le dijo que “la energía de la isla la llevaría a viajar por el mundo. Ese “mana” (energía) de un pueblo navegante me marcó y me acompaña”, afirma Tere con la convicción de quien ha visto cumplirse el augurio.
Había llegado el momento de las decisiones difíciles: marketing versus arte. La artista las tomó y su destino quedó sellado.
Soñar en grande
Con el bagaje de integrar elementos arqueológicos, antropológicos y estéticos al desarrollar su proyecto para Rapa Nui, postuló a una maestría en Central Saint Martin de Arte y Ciencia (2016 – 2018).
Instalada en Londres, Tere no se quedó corta y comenzó una travesía que la tiene actualmente exacto adonde quería llegar, con un proyecto que crece y se desarrolla con ramificaciones impensadas en los orígenes.
Estudió y trabajó al mismo tiempo y se embarcó en una segunda maestría, esta vez en Escultura, en el Royal College of Arts (2018 – 2020). En el extranjero, descubrió lo que “significa ser latinoamericano”. Algo muy diferente a ser solamente “chilena”. Porque, como bien señala Tere, siendo parte de esa cultura continental del sur del mundo, muchas veces no existe esa dimensión territorial que abarca más allá de las fronteras propias, debido a una educación pobre en historia y cultura latinoamericana.
Estaba Tere Chad en esas cavilaciones, cuando decidió cofundar el Latinos Creative Society de University of the Arts London (2017), un colectivo de latinos en Londres. Tras varias gestiones, consiguió una donación de la Casa Latina para agregar literatura latinoamericana en Central Saint Martins, que pese a considerarse a si mismo como el poseedor de una completísima biblioteca no incluía ni un solo volumen, de premios Nobel latinoamericanos, a pesar de a su discurso de descolonización.
Una de las curiosidades de ese proceso fue que la institución eligió a una revisora española de las obras, que finalmente dejó apenas un quinto de los títulos (de los más de cien donados) para el catálogo. La ironía se produce cuando uno comprende que uno de los objetivos del grupo y de la acción era romper con la visión paternalista-colonialista que mantenía al margen de esa prestigiosa institución a una vertiente rica de la literatura universal.
Y, en ese contexto, nació “Neo Norte” (o Nuevo Norte). En este magno proyecto se refleja el resultado de todo el sacrificio y la pasión que guían los pasos de la artista. Una senda que conlleva la gratitud por el talento del que es poseedora.
Este proyecto evoluciona a partir de una pregunta profunda: “¿Qué parte del subdesarrollo es producto de esa carencia de una imagen propia? Estando en Londres adquirí la certeza de que estar en el Sur limita nuestra propia autopercepción y potencialidad”, asegura.
Fue con “Neo Norte” cuando comenzaron a ensamblar las distintas facetas de su desarrollo profesional, y se expresó claramente la utilidad de su capacidad de gestión para dar el soporte y empuje a sus desafíos creativos.
El Futuro no espera
El tiempo es un bien escaso, pero muchos artistas no tienen esa percepción con la claridad que lo ve Tere Chad a sus 33 años.
Tras el proceso de reflexión se abocó a dar cuerpo a esa convicción interior de que debía aportar como artista chilena en el Reino Unido. Una secuencia de hechos, la llevó por la senda de lograr plasmar conceptos como la “integración” y la conexión propia de las culturas precolombinas con la “intuición, versus una visión racionalista predominante debido a la imposición cultural del hemisferio Norte. Reconocer la importancia de la influencia del modo de ser, ver y actuar del Sur constituye un imperativo, pues entre las consecuencias impredecibles de su reconocimiento y valoración puede estar la manera de plantearnos desde lo humano ante los avances de la Inteligencia Artificial”.
Guiados por el propósito de empoderar el Sur latinoamericano, rescatando sus valores propios y como una propuesta de desarrollo más integral y en armonía con la naturaleza, van apareciendo las diferentes experiencias de “Neo Norte”.
“Neo Norte 1” vio la luz en 2018 en el Centro Cultural de Providencia, en Santiago de Chile. Su sucesora, la número 2, se desarrolló en Londres en Exposed Arts Projects (2019). Para “Neo Norte 3” en la Galería Myymälä2 (2021) Tere tuvo que manejar cargada de material de los participantes desde Inglaterra hasta Helsinki por tierra y ferries.
Las exposiciones acogen nuevas expresiones y en “Neo Norte 4” en 2023, la “Chakana”, la representación andina de la constelación de la Cruz del Sur, fue instalada simbólicamente en Sicilia, en las costas del Mediterráneo. Esta experiencia estuvo atravesada por el cruce cultural con la concepción de que Italia también representa un tipo de Sur desde la perspectiva cultural predominante.
La artista trabaja arduo en la siguiente etapa de su magno proyecto. “Neo Norte 5” se implementará entre el 2024 y 2025, en el marco de la celebración del aniversario número 35 del Memorial da América Latina, en San Pablo, Brasil.
Mientras, Tere se expande en el escenario global. Acciones de arte en México, exposición en Inglaterra, trabajar como voluntaria en el directorio de The Design Education Trust, ayudando a fomentar el uso de nuevas tecnologías en el sistema de la educación universitaria en el Reino Unido… todo en perfecta armonía, en un contexto desafiante, pero con las alas abiertas, sin amedrentarse ante la fuerza del viento, las tormentas, la altura ni las distancias, que hoy la tienen tan lejos de Chile físicamente, pero con el corazón y la inteligencia al servicio del arte, como una verdadera causa en pro de un mundo mejor en que Latinoamérica, y Chile, tengan el lugar que merecen, de manera que el orgullo de ser de esas latitudes contribuya a romper las barreras culturales que condenan a subdesarrollo a amplias zonas del Sur del mundo.