El jueves de la semana pasada generó polémica una escena del capítulo de "Perdona Nuestros Pecados", en la que se registró una cruda violación.
La protagonista fue la actriz Romina Norambuena, quien en su papel de "Ingrid" tuvo que sufrir este violento abuso que fue muy comentado en redes sociales.
"Ingrid" caminaba por los alrededores de "Villa Ruiseñor", el pueblo ficticio donde se ambienta la teleserie nocturna de Mega. Allí es interceptada por un grupo de matones enviados por "Quiroga" (Álvaro Rudolphy) y "Renzo" (Félix Villar) por confesar lo que sabía a la policía.
La escena es breve, pero tan intensa que el debate se tomó Twitter, encumbrando a la producción como trending topic en esa red social. Algunos comentarios apuntaron a solidarizar con el personaje interpretado por Norambuena por la terrible situación que había vivido.
Otros criticaron la emisión de una escena de violación, argumentando que se fomenta la violencia a la mujer, mientras que algunos desearon todos los males a los villanos responsables del abuso.
¿Sirven este tipo de escenas?
Una de las primeras personas que salió a explicar y defender la escena de la teleserie fue la propia actriz Romina Norambuena.
Ella, a través de su cuenta de Instagram, escribió un mensaje donde explicaba que este tipo de escenas se relacionan con la vida y con las vivencias de muchas mujeres.
“A veces, una tiene el privilegio de contar historias de ficción tan reales como la vida. Abrazos del alma a todas las mujeres del mundo”, escribió en la red social.
Para el psicólogo Andrés Morales la problemática que se produjo después de que los televidentes pudieron ver la escena se debe a que “actualmente nuestro país ha ido evidenciando un fuerte cambio cultural, en donde este tipo de actos ya no son vistos de la misma forma que hace 40 o 50 años”, explica.
“Esto, además, podemos complementarlo con las denuncias mundiales de acoso sexual y violaciones que muchas mujeres han publicado. El mundo es otro, y estas reacciones lo demuestran”, indica el psicólogo.
“Personalmente veo que la televisión ha ido cambiando, paulatinamente, su foco comercial por las exigencias de su audiencia y de los mismos trabajadores. Por más que este tipo de escenas retraten y recreen una realidad histórica, será siempre potente y difícil de asimilar. Nuestro país evidencia un cambio de mentalidad enorme”, finaliza.
Para el sociólogo Juan Jiménez la mirada que se reflejó en las redes sociales es “la mirada de un amplio y variado sector social, el que sí siente que este tipo de escenas no contribuyen y que pueden ser desestimadas”, analiza el sociólogo.
“La sensación que queda es que como país estamos más críticos, incluso frente a la ficción, porque recrea lo que sucede, lo que se acalla y lo que no se juzga. Los televidentes y los ciudadanos son personas más conscientes y, queda la impresión, de que ya no están dispuestos de soportar este tipo de presentaciones”, comenta el académico de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano.
“Lo que sucede es que ahora todo el mundo puede opinar, escribir y publicar en las diversas plataformas de redes sociales, y un grupo amplio y concensuado sí puede afectar una publicación. Lo hemos visto es las denuncias en el extranjero. Nuestro país, para mejor, no es el mismo”, concluye el sociólogo.