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"Vamos hacerlo como los conejos" dicen en Polonia para estimular la natalidad: en Chile existe el mismo problema y no hay campañas

Tanto en América Latina, en Europa y en los Estados Unidos este fenómeno social ha cobrado más fuerza. Estudios han demostrado que el aumento de mujeres y hombres que deciden no ser padres es mayor, aunque las consecuencias no se han hecho esperar: Llegó el punto en que es imperante el hecho de tener que aumentar la población de niños y jóvenes. Se han convertido en países de viejos.

Por María Kovacz
 
Frente al problema mundial de la baja tasa de natalidad, un particular llamado realizó el gobierno polaco para aumentar la tasa de natalidad: reproducirse como conejos.
 
A través de un video, el ministerio de Salud de Polonia, uno de los países europeos con la tasa de natalidad más baja, alabó la capacidad de los conejos de reproducirse.
 
En el clip que fue subido a Youtube se puede ver a los conejos comiendo vegetales, mientras un narrador revela el secreto de su gran familia: la vida sana y el poco estrés. A los conejos se suma una pareja humana en un romántico picnic, mientras a los espectadores se les dice: “si alguna vez quieres ser padre, sigue el ejemplo de los conejos”.
 
De acuerdo con la información que reproduce el medio inglés The Independent la tasa de natalidad de Polonia fue de 1,32 hijos por mujer en 2015. Solo Portugal tuvo una tasa de fecundidad más baja, aunque las cifras en España y Grecia fueron casi tan bajas como en Polonia.
 
Chile no se queda atrás
 
En Chile, la situación no es muy distinta. Tasas de 1,9 hijos por mujer, demuestran que vamos por el camino de un país de viejos, y según los expertos, los motivos son muy variados, desde no querer postergar el placer de la independencia, o del desarrollo de una carrera o proyecto personal, hasta no estar dispuestas a afrontar los gastos que ser madre implica. Todos motivos que bien sabemos se ven “tocados” con la llegada de un niño.
 
Un estudio de la Facultad de Gobierno de la Universidad del Desarrollo buscó otras variables que podrían estar influyendo y determinó que la principal causa por la cual las chilenas dejan de tener hijos, es el costo de una buena educación. Lo que estaría detrás de esta opción, es el concepto de “hijos de calidad”, es decir, tener pocos, pero bien educados. Según la investigación, las personas tienen una mala percepción de la educación pública gratuita y una clara conciencia de que una mejor educación, genera mejores oportunidades.
 
La falta de tiempo para la crianza, es la segunda razón por la cual los chilenos deciden tener menos hijos y nos encontramos con que la dificultad para equilibrar trabajo y familia aparece como un argumento importante dentro del mismo estudio.
 
No todas quieren ser madres
 
En definitiva, la vida cambia cuando una se convierte en madre, y hay mujeres que no quieren cambiar su vida.
 
En el 2013, la revista Time le dedicó su portada a un importante dilema ¿Es igual ser mujer a ser mamá? Y se refirieron a un estudio realizado en el 2010 denominado ´Pew Research´ en el que se demostró que en todas las razas y poblaciones ha bajado la tasa de fertilidad.
 
Pero, a pesar de que se trate de una decisión individual, son muchos los que opinan al respecto. Lo hizo el periodista Jonathan V. Last de la revista conservadora The Weekly Standard en su libro “What to Expect When No One´s Expecting”, en español “Qué esperar cuando nadie espera (hijos)”, quien dijo que el “egoísmo de los americanos sin hijos pone en peligro el futuro de la economía al reducir en número de consumidores y contribuyentes”.
 
Sobre esta tendencia, el sicólogo de la Universidad de Chile Diego Jerez, advierte que las mujeres que tomaron la decisión de no tener hijos son porque lo ven como un obstáculo para sus logros profesionales y tener familia interfiere en alcanzar sus metas.
 
Por otro lado, el profesional aseguró a Cambio21 que “también hay factores sicológicos donde se puede establecer que hay problemas de apego y problemas maternos que ellas mismas establecieron con sus progenitoras”.
 
En este sentido asegura que “se puede decir que sus propias madres fueron poco contenedoras, madres poco preocupadas, o en el otro extremo, demasiadas preocupadas o invasivas. Entonces eso generó un trauma en el desarrollo de la concepción de lo que significa ser madre y ser hija”.
 
Todos tenemos derecho a decidir
 
Para aquellas mujeres que tomaron la decisión de no ser madres, la vida es muy dura, pues la sociedad las enjuicia, su familia y amigos las critican. Quizás uno de los grandes factores que influye también es el caso de las mujeres que no pueden tener hijos y tratan por todos los medios para poder concebir o bien adoptar.
 
Desde el punto de vista médico, la matrona Karina Díaz, comentó a nuestro medio que “las mujeres toman la decisión de no ser madres por diversos factores, y en mi caso me ha tocado ver mucho el tema económico, hay otras más jovencitas que dicen no querer tener hijos por experiencias familiares. Sin embargo al final llega una edad en que cambian de opinión”.
 
Aunque la especialista, mencionó que “hay mujeres que no quieren tener hijos, por una decisión propia, pero distinto es cuando el cuerpo es el que te impide tenerlos, porque si en algún momento decides no tenerlos, pero después surge la idea de cambiar de opinión, en este caso la cosa es muy distinta”.
 
“Hoy en día tanto hombres como mujeres pretender privilegiar sus trabajos, su vida social y también en pareja. A mi consulta llegan a diarios jóvenes de 30 años que siguen con un tratamiento anticonceptivo, y no pretenden sacárselo hasta los 35 o incluso los 36 años. Si bien en otras épocas era complejo quedar embarazada después de cierta edad, hoy es todo distinto, por ende en algunos casos se posterga la maternidad, o derechamente en otros casos no quieren tener hijos”, puntualizó Díaz.
 
Además, la profesional, agregó que “por otra parte, gracias a las diversas técnicas de fertilidad, las mujeres cambiaron la idea de tener una pareja para poder concebir un hijo y, poco a poco, se ha ido modificando hasta llegar al punto de no depender de nadie y, por tanto, ir postergando la maternidad”.