Oh I'm just counting

Yasna Provoste, el nuevo liderazgo que emerge en la crisis social. Por Alfredo Peña R., Analista y Consultor Político

Durante 15 meses se han vivido los efectos sociales y económicos de la pandemia con escasa ayuda fiscal, predominando “las auto ayudas” recurriendo a los ahorros previsionales y del seguro de cesantía de los trabajadores y con un gobierno derechista que literalmente “abandonó” a las familias y a las pequeñas empresas a rascarse con sus propias uñas en estos duros meses.

Hace un año eran diversas las voces que cuestionaron el uso de los ahorros en la cuenta individual de cesantía para la llamada ley de protección del empleo y reivindicaban la urgencia de ayudas fiscales universales; pero el gobierno “celebraba” las mezquinas ayudas de $65.000 por persona en el IFE en mayo 2020 a través de los ex ministros Briones y Sichel, hoy devenidos en candidatos presidenciales.

Durante 15 meses las familias se empobrecieron, muchas vivieron el desempleo (hoy hay más de 1,2 millones de empleos perdidos en la crisis que no se han recuperado), cayeron sus ingresos, las pequeñas empresas abandonadas veían como su actividad se paralizaba y el FOGAPE no las ayudaba (esté sólo atendió con créditos con garantía estatal a 250.000 micro y pequeñas empresas de 1.302.000 pequeñas unidades productivas según SII), los gremios PYMES estuvieron reunidos durante meses con Ministro de Economía y Subsecretario de Hacienda en “una mesa PYME” que no tomó ninguna medida.

Entre enero y marzo, la administración Piñera achicó el IFE, sólo lo daba si la comuna estaba en fase 1 o 2, debía postularse por Internet y se redujo su cobertura.

Viene el rebrote de la pandemia, vuelven a subir los casos Covid19 y las familias y pequeñas empresas debían vivirlo en el abandono o recurriendo al tercer retiro de sus ahorros previsionales, incluso esta ley fue cuestionada por Piñera en el Tribunal Constitucional sufriendo su más severa derrota política.

Pero el cuadro político 2021 no era el mismo, había una Presidenta del Senado Yasna Provoste que había señalado que la Oposición debía unirse y luchar para que hubieran ayudas fiscales tanto para las familias como para las pequeñas empresas, que el país tenía recursos fiscales producto de los ahorros en FEES, que había mayor liquidez producto del mejor precio del cobre y que podían eliminarse las exenciones tributarias para aumentar la recaudación fiscal futura.

Ese liderazgo unió a la Oposición en el Senado, se reunió con la diversidad de gremios PYMES construyendo una propuesta común para “salvar a las PYMES”, el 8 de mayo convocó a una jornada de trabajo con expertos, organizaciones de la sociedad civil, gremios PYMES, sindicatos, colegios profesionales que construyeron en común una propuesta transversal de creación de una Renta Básica Familiar de emergencia, un plan de salvataje de las PYMES, cambios a la estrategia sanitaria y un capítulo para un mejor financiamiento fiscal.

Esta propuesta unitaria de la Oposición fue acompañada de una fuerte presión política y comunicacional encabezada por la senadora Yasna Provoste, que fue instalándose como la expresión de esos cambios en la política social de pasar de la hiperfocalización a las ayudas universales, de la austeridad fiscal -que solo gastó US$ 6.000 millones en 2020- a políticas fiscales expansivas en tiempos de crisis, de la urgencia de tener nuevas leyes que expresarán esas ayudas.

Con la publicación de la ley 21.354 se han formalizado 2 importantes avances en materia de ayudas sociales y productivas, en un contexto donde nadie duda de que estamos viviendo un nuevo rebrote de la pandemia.

En materia de ayudas sociales se pasó a un IFE universal para todas las familias inscritas en el Registro Social de Hogares (con la excepción de familias con ingresos familiares altos –superior a $3.200.000 mensuales en familias de 4 integrantes-), con montos de ayuda que llegan a la línea de la pobreza -$400.000 para una familia de 3 integrantes y de $500.000 para una familia de 4 personas-, lo que significa pasar de una cobertura de 3,5 millones de familias en 2020 a una cobertura universal para más de 7,0 millones de familias inscritas en Registro Social de Hogares, con un gasto fiscal mensual de US$ 3.000 millones para los meses de junio a agosto que duplica el gasto mensual de abril, que se pagará ahora en última semana de junio.

En ayudas a las micro y pequeñas empresas se aprobó ley 21.354 que otorga un Bono de $1,0 millón para las micro y pequeñas empresas con ventas hasta 25.000 UF con especial foco en las pequeñas unidades productivas del Turismo, la Cultura, los servicios, las peluquerías, gimnasios, feriantes –que tengan permiso municipal al día-, jardines infantiles, transporte escolar entre otros rubros afectados por la inactividad económica de estos 15 meses de pandemia que significará un apoyo a más de 820.000 pequeñas empresas; además a partir de la publicación de esta nueva ley se pagarán las cotizaciones previsionales a las empresas de menor tamaño que están con trabajadores en ley 21.227 con cargo al Fondo Solidario de Seguro de Cesantía y se creó un anticipo solidario para pagos de deudas previsionales con trabajadores de pequeñas empresas, además de bonos que toman como base el pago de IVA 2019 que significarán una inyección fiscal de US$ 3.300 millones para las empresas de menor tamaño.

Esta política fiscal activa en ayudas sociales y productivas es un triunfo político de Yasna Provoste y de la Oposición política y social que se jugó por presionar por los Mínimos Comunes para enfrentar esta nueva crisis; Piñera derrotado políticamente debe aceptar que deben haber políticas fiscales activas que significarán un gasto fiscal superior a los US$ 16.000 millones este 2021.

Corresponde ahora legislar para aumentar la recaudación fiscal con mayor progresividad; es clave el llamado al Gobierno que hizo la Presidenta del Senado de que se envíe a la brevedad el proyecto de ley que elimina las exenciones tributarias que benefician a las rentas del capital como las injustas exenciones para las ganancias de capital, eliminar exención del IVA a las empresas constructoras, a los fondos de inversión privado, revisar renta presunta etc.

El próximo gobierno requiere mayor sostenibilidad fiscal y hoy se debe legislar para recaudar más el 2022.

Este debate abre la puerta para una política fiscal más activa en el desarrollo productivo –cuya productividad ha caído desde 2012-, invirtiendo más en Innovación y Ciencias, fomentando la diversificación de la matriz productiva, promoviendo una minería más verde y sustentable y esas nuevas políticas con más protagonismo fiscal se inauguraron ahora en esta etapa compleja de la crisis social y económica.

La oposición unida, con una propuesta directa y con un fuerte liderazgo reivindicando el protagonismo fiscal en tiempos de crisis ha cambiado el eje de la discusión sobre el presente y el futuro.

Ese ha sido el mérito de la senadora Yasna Provoste y esa es la razón que explica que la ciudadanía la ve con estatura de presidenciable.