La actriz porno Stormy Daniels, quien supuestamente tuvo una aventura con el expresidente Donald Trump en 2006, describió este martes en estrado, en el juicio penal, cómo mantuvieron relaciones sexuales "sin condón", junto a una serie de otros escandalosos detalles íntimos.
Daniels, que apareció en el Tribunal Penal de Nueva York vestida con ropa informal de color negro y lentes del mismo color, se mostró relajada durante su testimonio, pero los taquígrafos tuvieron que llamarle la atención en varias ocasiones para que hablara más despacio.
La actriz relató que conoció a Trump en un evento en el marco de un torneo que golf en 2006, cuando él tenía 59 años y ella 27; y que el político la describió como "inteligente" por ser, además de actriz porno, directora y guionista.
Tras ese encuentro, el guardaespaldas de Trump le pidió su teléfono.
Ese mismo día Daniels fue a la habitación de hotel del magnate, que describió como "siete veces más grande que su departamento", y dijo que Trump la recibió en pijama de satén, algo que la sorprendió, por lo que le pidió que se cambiara, lo que éste hizo rápidamente.
Sentados en la misma habitación, según Daniels, hablaron durante unas dos horas sobre diversos temas, como cuántas veces Daniels se tenía que hacer pruebas para ver si tenía enfermedades sexuales en su trabajo como actriz, y de la posibilidad de que ella apareciera en el programa de televisión de Trump.
También hablaron de la familia de Trump, y él le confesó que no dormía en la misma habitación que su esposa, Melania.
En un momento de la conversación, Daniels se cansó de que Trump fuese tan "arrogante y pomposo" en sus respuestas, y amenazó con azotarlo en el trasero con una revista en la que él salía en la portada, lo cual terminó haciendo.
Poco después de esas declaraciones, el juicio paró para un descanso, y cuando el jurado y Daniels estaban fuera de la sala, el juez dijo a los fiscales que no necesitaban entrar en tantos detalles.
Cuando Daniels regresó al estrado, relató que fue al baño en un momento y que, al salir, Trump ya estaba tumbado en la cama de forma insinuante en ropa interior.
Daniels indicó que, pese a que no fue drogada ni tomó alcohol, no podía recordar "cómo terminó ahí", pero sí que practicó sexo sin preservativo con Trump.
"Nunca dije 'no', porque nunca dije nada", recordó la actriz.
Daniels contó además que luego volvió a ver a Trump en varias ocasiones y que en una éste intentó volver a tener relaciones, pero no pasó nada porque ella le dijo que estaba con el periodo, y ésa fue la última vez que se vieron en persona.
No obstante, hablaron por teléfono sobre la posibilidad de aparecer en su programa de televisión en varias ocasiones, algo que nunca se materializó.
Daniels dijo además que odia a Trump y que quiere que vaya a la cárcel si es declarado culpable. Respondió así cuando la defensa le preguntó por publicaciones de ese tenor que había subido a sus redes sociales.
Tras estas declaraciones, la defensa de Trump intentó forzar la nulidad del juicio por el carácter explícito de las declaraciones sexuales, y el juez Juan M. Merchan coincidió en que los fiscales no deberían haber hecho algunas de las preguntas, pero no consideró que eso mereciera invalidar el proceso.
Merchan también anotó que la actriz, guionista y directora de películas para adultos es un testigo "difícil de controlar". Durante su testimonio, el propio magistrado tuvo que pedirle que se centrara en contestar a las preguntas sin dar detalles que no eran relevantes.
Trump escuchó las declaraciones mirando al frente con el ceño fruncido y, después de la pausa de la comida, como viene siendo actual en las últimas semanas, se reclinó en su silla y cerró sus ojos por largos periodos de tiempo.
En el transcurso de las varias semanas del proceso -el primero de este tipo contra un exmandatario- el exabogado de Daniels, Keith Davidson, dijo que negoció un pago de 130 mil dólares en 2016 -en medio de la campaña presidencial- para mantener el silencio de Daniels sobre esa aventura con el magnate en 2006.
El intermediario en esa negociación fue Michael Cohen, antiguo abogado y mano derecha de Trump, quien se espera ahora que sea uno de los testigos estrella de la Fiscalía.
Por su parte, la defensa de Trump ha dejado entrever al jurado que ese pago podría considerarse una extorsión por parte de la actriz y su abogado.
No obstante, Daniels dijo hoy que el dinero no era la razón por la que aceptó el trato, y que quería que se llegara a un acuerdo rápidamente porque estaba preocupada por una amenaza que recibió, ultimátum que la defensa intentó desmentir apuntando a incoherencias en el testimonio de Daniels a lo largo de los últimos años.
La defensa intentó pintar, en repetidas ocasiones, a la actriz como una mentirosa impulsada por la codicia, usando extractos de un libro autobiográfico en el que Daniels relata su historia con una versión distinta de los hechos.
El candidato republicano a las elecciones presidenciales de este año se enfrenta a 34 cargos, entre ellos el de falsificación de documentos comerciales para ayudar a encubrir esta aventura extramatrimonial con Daniels, y en caso de ser declarado culpable podría enfrentar varios años de prisión.
Este proceso se retomará el jueves, al haber decretado el juez Merchan que los miércoles servirán de pausa.
En paralelo a esto, la jueza Aileen Cannon aplazó indefinidamente la fecha del juicio en Florida contra Trump por el caso penal del mal manejo de documentos confidenciales hallados en su poder tras abandonar la Casa Blanca.
El comienzo estaba previsto para el 20 de mayo, pero la decisión de hoy hace muy improbable que el juicio se lleve a cabo antes de las elecciones presidenciales de noviembre.
En su orden, la magistrada argumentó que se debe espera la resolución de litigios previos, incluidos desacuerdos sobre cómo se utiliza la información clasificada durante el juicio.
Señala que debido a "la miríada de cuestiones previas al juicio" que hay pendientes de resolver, "sería imprudente e inconsistente" considerar cerradas las diversas mociones presentadas por las partes.
Cannon, que fue nominada en 2020 por Trump, también programó audiencias adicionales sobre asuntos pendientes entre mayo y julio.
Los abogados del exmandatario, quien afronta un total de cuatro casos penales en Estados Unidos, habían pedido que el juicio se retrara para agosto, mientras que la Fiscalía solicitó que fuera antes.
Trump ha argumentado que ir a juicio en las semanas previas a las elecciones de noviembre equivaldría a una interferencia política porque, de lo contrario, debería estar haciendo campaña electoral.
El exmandatario republicano se enfrenta a la Justicia en Florida por haberse llevado a su mansión en Mar-a-Lago material clasificado cuando dejó la Casa Blanca en enero de 2021.
En el mismo caso, el precandidato republicano enfrenta cargos de obstrucción y de retención deliberada de documentos oficiales relacionados con la Seguridad de EE.UU., los cuales son punibles con hasta 20 años de cárcel.
En abril pasado, Cannon rechazó desestimar los cargos contra los dos coacusados en el caso, Waltine Nauta y Carlos de Oliveira, asistente personal y administrador de la propiedad de Trump en Mar-a-Lago, respectivamente.
Nauta y De Oliveira se declararon no culpables en agosto pasado de cargos de obstrucción a la justicia relacionados con supuestos intentos de borrar imágenes de vigilancia en la residencia del expresidente.
Trump debe responder a un total de 91 cargos criminales distribuidos en cuatro casos penales, entre otros el derivado del asalto al Capitolio, cuando sus simpatizantes, cuando intentaron interrumpir el proceso legislativo para certificar la victoria de Biden en 2020.