Kyle Burgess, un joven corredor de Utah (Estados Unidos) ha pasado seis minutos de infarto ante la atenta mirada y la constante, pero lenta, persecución de un puma. Eso sí, Kyle Burgess decidió que lo mejor que podía hacer era grabar toda la secuencia con su teléfono móvil.
Los pumas pueden atacar a presas de gran tamaño pero, por regla general no atacan a los humanos y evitan su presencia siempre que pueden. Aun así, en este caso, al tratarse de una hembra con una cría, la situación puede ser diferente cuando el animal adulto interpreta que el humano puede poner en peligro a los pequeños.