El devastador terremoto registrado este lunes en Turquía ha causado enormes destrozos en el país y también en regiones limítrofes de Siria, con el colapso de incontables viviendas y hasta de edificios que se desplomaron por completo.
El balance oficial ya superó los mil 500 muertos y continúa en rápido ascenso, en especial por la dificultad en los registros de zonas controladas por rebeldes. Versiones extraoficiales, señalan que los muertos podrían llegar a las 10 mil personas debido a la dificultad de escarbar en los escombros de viviendas y edificios derrumbados o colapsados ya que el sismo se produjo de madrugada mientras turcos y sirios dormían.
A las 7 GMT, el vicepresidente turco había reportado 1.710 edificios derrumbados en 10 provincias del sureste del país, con las regiones de Gaziantep y Kahramanmaras como las más gravemente afectadas.
Pero horas despues, el presidente Recep Tayyip Erdogan elevó el saldo a 2.818 edificios colapsados, lo que hace temer que el balance de víctimas aumente. A esas cifras deben sumarse los fallecidos en la vecina Siria.
El video muestra el derrumbe de un edificio en el distrito de Haliliye, en la provincia de Sanliurfa, cuando ya era de día. Las imágenes difundidas por la televisión local Urfa TV muestran como las personas que estaban en las inmediaciones intentar huir de la zona y se desconoce si todavía había gente al interior de la estructura.
En Diyarbakir, a 350 kilómetros al este del epicentro, se derrumbaron al menos 17 edificios. Grúas y equipos de rescate trabajaban en una pila de pisos de concreto amontonados que antes eran una torre de apartamentos.
Los equipos de rescate pedían silencio mientras trataban de oír a los sobrevivientes de un edificio destruido de 11 plantas. Los rescatistas sacaron a un hombre en una camilla entre una multitud de cientos de personas que observaban la operación con nerviosismo. Una mujer con el pelo gris lloraba antes de que un hombre la acompañara a otro lugar, mientras un rescatista con casco blanco trataba de calmar a una niña que lloraba, abrazada por dos amigas.
En la ciudad de Adana, en la costa mediterránea, se ha derrumbado por completo un edificio de 14 pisos.
A ambos lados de la frontera, los temblores despertaron a la gente de golpe varias horas antes del amanecer y la hicieron salir a la calle en una noche fría de viento, lluvia y nieve. Docenas de edificios se derrumbaron en ciudades de toda la región fronteriza.
Imágenes captadas mostraban el dramático momento en que un grupo de rescatistas sacaba a una niña de entre los escombros en Azaz, Siria, antes de llevársela apresuradamente del lugar.
Del lado sirio de la frontera, el sismo remeció regiones bajo control opositor donde hay millones de desplazados sirios y un decrépito sistema de salud después de varios años de guerra. Al menos 11 personas murieron en la localidad de Atmed y muchas más quedaron enterradas entre los escombros, dijo un doctor del lugar, Muheeb Qaddour, en entrevista telefónica con AP.
El sismo, que llegó a sentirse en El Cairo, tuvo epicentro en la ciudad de Gaziantep, a unos 90 kilómetros (60 millas) de la frontera con Siria. Junto con varias otras ciudades, la zona alberga a millones de refugiados sirios que huyeron de la prolongada guerra civil en su país. Turquía, que comparte frontera con Siria, alberga a la mayor cantidad de refugiados sirios del mundo.
El Centro Nacional de Monitoreo Sísmico de Siria afirmó este lunes que el terremoto ocurrido de madrugada fue el “más fuerte” registrado por los sistemas sirios en casi tres décadas y elevó su magnitud a 7,7 grados.
En las regiones en manos de los rebeldes, cerca de Turquía, son los Cascos Blancos -socorristas que se movilizan en esas zonas- quienes contabilizan las víctimas. Los Cascos Blancos dijeron que la situación era “catastrófica” y llamaron a las organizaciones humanitarias internacionales a “intervenir rápidamente” para ayudar a la población local