Apenas han transcurrido diez días del inicio de la ofensiva del Ejército ruso en Ucrania y ya se acumula en el haber de las tropas ocupantes una larga ristra de denuncias y acusaciones de crímenes de guerra y contra la Humanidad cometidos durante las operaciones militares.
Mientras desde EEUU, el secretario de Estado Anthony Blinken ha asegurado tener en su poder información “muy creíble” que demostraría que las fuerzas del Kremlin están llevando a cabo ataques deliberados contra la población civil, desde la asediada ciudad portuaria de Mariúpol, el alcalde local, Vadim Boychenko, denunciaba en un dramático mensaje de vídeo que los bombardeos no solo continúan aplazando sine die la evacuación de 200.000 civiles, sino que también impiden salir a la calle a recoger cadáveres o contar muertos.