Oh I'm just counting

VIDEO-Resumén de su presentación. Trump transforma en un show su primer discurso ante el Congreso y presume de su primer mes: "Sólo estamos empezando"

"Los estadounidenses nos han dado un mandato para un cambio audaz y profundo. En los últimos 100 años, la burocracia federal ha crecido hasta aplastar nuestras libertades, inflar nuestros déficits y frenar el potencial de Estados Unidos de todas las formas posibles. La nación fundada por pioneros y personas que tomaron riesgos ahora se ahoga bajo millones y millones de páginas de regulaciones. Hay trámites que deberían hacerse en 10 días en lugar de 10, 15 y hasta 20 años antes de que se rechacen. Mientras tanto, tenemos cientos de miles de empleados federales que no se han presentado a trabajar. Mi administración recuperará el poder de las manos de esta burocracia irresponsable y restauraremos la verdadera democracia en Estados Unidos. Sólo estamos empezando".

Este martes en la noche, Donald Trump ha presumido de votos, de medidas, de rebajas de impuestos y de aranceles. Ha señalado que la "gran victoria del 5 de noviembre es una fecha que pasará a la historia como una de las más importantes en la historia de nuestro país", alardeado de sus órdenes proteccionistas para enriquecer el mercado interior y asegurado que creará millones de puestos de trabajo.

Pero su esperada intervención ante el Congreso, la más larga de la historia, bronca al principio, llena de reproches y abucheos, ha sido sobre todo una declaración de intenciones, una disección paso a paso sobre la transformación que espera conseguir con tintes populistas. "Estamos drenando el pantano", ha dicho usando una metáfora sobre la pantanosa capital, Washington DC. "Es muy sencillo: los días del gobierno de burócratas no electos han terminado", ha afirmado mientras las cámaras y la oposición, con ironía, apuntaban a Elon Musk, sonriente de traje en la galería de invitados.

El inicio fue el discurso que querían los republicanos, el clásico del partido y sus votantes. Sin sorpresas o novedades, sin apenas política exterior, prometiendo cuentas equilibradas, recortes, orden y progreso. Prometiendo una "nueva edad dorada", riqueza

Pero rápidamente se transformó en otra cosa, el espectáculo que él y sus seguidores adoran. Un show completo aprovechando la atención de todo el país, la especialidad en un hombre capaz de convertir en "buena televisión" todo, desde una bronca con Volodimir Zelenski a un discurso de hora y media en el Capitolio. Lo hizo chocando y burlándose de la oposición, haciendo desfilar a sus altos cargos, firmando órdenes ejecutivas, llevando a media docena de víctimas de asesinos, especialmente extranjeros. Nombrando en directo "miembro del Servicio Secreto" a un niño de 13 años enfermo de cáncer cerebral. Dando reconocimientos a víctimas de abusos sexuales o de "ideologías de género". O informando a un joven partidario entre aplausos que ha sido admitido en West Point, la academia militar por excelencia. 

Trump, fiel a su estilo, explotó sus virtudes y creó algo nuevo, logrando que la atención se disipara en favor del entretenimiento tras una hora sin interrupciones ni para beber agua. El show eclipsó una intervención que en su contenido fue absolutamente de consumo interno, denostando a los "lunáticos de izquierdas" para reconciliarse con las bases, enumerando uno a uno todos los puntos habituales de la campaña electoral. Centrándose en el miedo al emigrante y presentando su programa como la única solución posible, ya que los números muestran que el cruce ilegal en las fronteras en febrero fue el más bajo según los registros. "No necesitábamos una nueva ley, sólo un nuevo presidente", seguramente su mejor frase de la noche.

Seguridad y protección
La clave de la primera mitad y del final fue repetir la idea de "independencia", la de seguridad, la palabra "proteger" una y otra vez, en las fronteras, en el deporte, y en la economía. Pero admitiendo en varias ocasiones que las decisiones, empezando por los aranceles y los recortes del sector público, van a tener consecuencias para el bolsillo de los ciudadanos. "Los aranceles se aplicarán a los productos agrícolas que ingresen a Estados Unidos y a nuestros agricultores a partir del 2 de abril. Puede que haya un pequeño período de adaptación", dijo primero. "Los aranceles no solo sirven para proteger los empleos estadounidenses, sino también para proteger el alma de nuestro país. Los aranceles sirven para hacer que Estados Unidos vuelva a ser rico y grande. Y eso está sucediendo, y sucederá bastante rápido. Habrá unas pequeños turbulencia, pero lo aceptaremos. No será mucho", prometió a un país cada vez más preocupado por la inflación y lo que puede ser una contracción inesperada en el primer trimestre del año.

Sólo al final habló del resto del mundo. Insistiendo en que recuperará el Canal de Panamá. Invitando a Groenlandia a unirse a EEUU. "Necesitamos a Groenlandia para la seguridad nacional e incluso la seguridad internacional, y estamos trabajando con todos los que están involucrados para intentar conseguirla", aseguró el presidente estadounidense, que añadió: "Creo que lo vamos a conseguir de una forma u otra".

También presumió de haber capturado al terrorista responsable de un ataque que mató hace unos años a 13 soldados en Afganistán. Y mencionó a Ucrania, pero sin novedades. Insistió en que va a terminar con "esa guerra sin sentido", criticó a la UE por "gastar más comprando gas a Rusia de lo que le han dado en ayuda a Ucrania" y explicó que había recibido este mismo día una carta de Zelenski diciendo que "está listo para la paz", un gesto que simplemente "apreció", sin ir más allá ni hablar sobre su decisión de cortar la ayuda militar. "Hemos recibido señales de que está listo para la paz. ¿No sería hermoso", resumió.

La de hoy ha sido la primera intervención ante el Congreso de Trump en la legislatura. Trump llega después de su victoria en noviembre y de un primer mes y medio abrumador, con medidas inéditas en política nacional, económica y exterior. Dando un giro proteccionista, nacionalista y protoexpansionista. Presionando y amenazando a sus socios y aliados y cortejando a los enemigos históricos del país. Los republicanos tienen mayoría en las dos cámaras, pero Trump está intentando dotar al Ejecutivo de muchos más poderes, saltándose al legislador en prácticamente todo, salvo lo imprescindible.

Una oposición desubicada
Su discurso, largo y muy similar a cualquiera de sus mítines o ruedas de prensa diarias, fue recibido con entusiasmo por su partido, al que tiene completamente dominado. Y con gritos y rechazo por la oposición, todavía perdida, desubicada y sin una estrategia definida sobre cómo responder. Difuminados y capaces únicamente de protestar activamente con su vestimenta. Un grupo de mujeres de rosa, el los miembros del Caucus Negro de negro, y unos pocos de azul y amarillo para mostrar su apoyo a Ucrania. Con carteles con frases como "esto no es normal", "Elon Musk roba" o "salvemos la Sanidad". O poniéndose en pie para espetarle al pode Ejecutivo que no tiene "mandato para recortar Medicaid", como hizo el veterano congresista Al Green de Texas, antes de ser expulsado de la cámara.

Se mostraron abrumador, incapaces de contrarrestar un espectáculo desbordante, lacrimógeno a veces, pero efectivo visualmente. Las imágenes de congresistas y senadores sin aplaudir a las familias de víctimas harán flaco favor a su casa, por muy populista que fueran las intenciones de Trump.

Con los mercados agitados tras una guerra comercial que nadie entiende y mensajes cambiantes y contradictorios sobre aranceles cada día, en su primera media hora, el presidente enumero todas las medidas que considera éxitos sin precedentes, catalogando su primer mes como el más trascendental de la historia del país, justo por encima del inicio de George Washington. Órdenes ejecutivas para que el inglés sea idioma oficial, estableciendo que sólo hay dos sexos, congelando contrataciones y programas públicos. Sacando a EEUU del Tratado de París, de la "corrupta OMS" o del Consejo de DDHH de la ONU. Acabando con "la locura de políticas medioambientales" o sobre reducción de emisiones de los coches. Restaurando la libertad de expresión, si bien no explicó cómo o de qué manera estaba antes amenazada. Cambiar el nombre del Golfo de México. Terminar con las políticas de diversidad e igualdad. "El sentido común vuelve a ser lo más común y nunca daremos marcha atrás. El país no volverá a ser woke".

Tras más de hora y media hablando, el presidente que hizo campaña describiendo un país hundido, arruinado, peligroso y en bancarrota, prometió a los ciudadanos una "nueva era" sin equivalente. "Vamos a redescubrir el poder imparable del espíritu estadounidense y vamos a renovar la promesa ilimitada del sueño americano. Todos los días nos levantaremos y lucharemos, lucharemos, lucharemos por el país en el que nuestros ciudadanos creen y por el país que nuestra gente merece. Mis compatriotas estadounidenses, preparaos para un futuro increíble, porque la era dorada de Estados Unidos está comenzando y será como nada que se haya visto antes".