La prensa empresarial ha destacado “el triunfo político” del Gobierno ya que logró aprobar la reintegración tributaria –iniciando así el proceso de revertir una reforma emblemática de la gestión Bachelet- con el apoyo de ocho votos de diputados DC (eso sí cinco diputados de esa bancada lo rechazaron) más la ausencia de cuatro diputados socialistas y dos diputados regionalistas que le permitió obtener una aprobación con una diferencia de una quincena de votos en ese tema.
Sin embargo, el debate político y técnico quedó completamente abierto para la próxima etapa que es el Senado ya que existe un consenso transversal que este proyecto de ley tiene poco impacto en el desafío de recuperar el crecimiento de la economía.
Tres ex Ministros de Hacienda (Velasco, Eyzaguirre y Valdés) el día posterior del “triunfo político” señalaron que “el partido del crecimiento no se juega en la cancha de los impuestos”, el otro señaló que este proyecto tributario es “el más regresivo de los últimos 100 años”, y el último cuestionó la falta de datos señalando “los números disponibles para hacer una discusión informada sobre esta reforma son extremadamente limitados. Los efectos en el crecimiento que el gobierno ha calculado son muy exagerados y por lo tanto creo que para una discusión más seria es necesario tener mucho más antecedentes”.
Estos ex Ministros de Hacienda no podrán ser descalificados por “extremistas”, pero es claro que la discusión encabezada por Ministro Larraín fue pobre técnicamente y la mayor responsabilidad recae en él por haber –por ejemplo- “sobre estimado” el impacto recaudatorio de un conjunto de medidas compensatorias que por su diseño desincentivan malas prácticas y no generan una cuantiosa recaudación fiscal, los US$ 400 millones que recaudarían –a juicio de diversos expertos- no son ciertos y lamentablemente el Gobierno “sobre estimó” esa recaudación sin someterse a un juicio técnico de expertos independientes como ocurriría en países democráticos desarrollados. Además, usó a las Pymes como caballo de Troya y dando datos dudosos para disfrazar un beneficio para el 1% más rico del país bajándole en 9,45% los impuestos vía la reintegración.
Bajo impacto en crecimiento, disminución de recaudación fiscal, informes inciertos serán temas en el Senado junto al debate sobre la reintegración tributaria que a juicio de diversos expertos como Ricardo French Davis es “un retroceso en recaudación fiscal y en progresividad y no es un incentivo directo a la inversión (incentiva la distribución de utilidades). La pérdida de ingreso fiscal tiene como destino mayoritario a los chilenos de muy mayores ingresos y a empresas extranjeras en proporción a las utilidades no reinvertidas”.
Esto anticipa una larga y compleja tramitación legislativa en el Senado, en un ambiente político tensionado por las descalificaciones del Gobierno a la oposición. En este nuevo escenario el Gobierno deberá abrirse a una real negociación donde deberá ceder en temas difíciles para él, lo que no tuvo en la Cámara de Diputados donde tuvo éxito en su táctica de dividir a la oposición vía la negociación con el presidente de la DC que fue respaldada por ocho de sus catorce diputados y donde el resto de la oposición fue notificada por los diarios. Los Senadores DC han señalado que no comparten ese acuerdo y que actuaran coordinadamente y en unidad con el resto de los senadores de oposición.
El país se merece un debate serio y responsable sobre las normas tributarias, especialmente en un Chile que requiere más recursos fiscales para tener educación y salud pública de calidad y aportar a pensiones dignas –que hoy no generan las AFP’s-.
Mucho más si existe un Ministro de Hacienda que “sobre estimó” la recaudación fiscal; es importante que en Senado se esclarezca cual es el real impacto recaudatorio para las Regiones del impuesto del 1% a la inversión regional que en la Cámara de Diputados tuvo un conjunto de restricciones (excluye a proyectos menores de US$ 10,0 millones, los vinculados a infraestructura pública por citar algunas exclusiones).
En los debates tributarios la autoridad no puede dar Informes Financieros con “recaudación incierta” ni “con cálculos exagerados” y es esperable que Comisión de Hacienda del Senado exija informes serios. Chile se merece un debate con datos ciertos.